Una Vaca Caída: La historia real de un animal anónimo nacido dentro de la industria de la carne

Para muchas personas, la sola interacción con un animal especial es todo lo que se necesita para  que “se les prenda el foco”. En un instante, de repente se dan cuenta de que todos los animales – no solo los perros y gatos con los que compartimos nuestros corazones y hogares – son individuos únicos, sensibles e increíbles. Esto incluye a las vacas y cerdos que languidecen en los corrales industriales, a los elefantes y los tigres sometidos a golpes bajo la gran carpa, y a las ratas y conejos encerrados en jaulas y sometidos a pruebas de productos químicos tóxicos. A veces, la historia de un solo animal es todo lo que se necesita.

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Cada mes, PETA envía gratuitamente miles de kits veganos para principiantes a las personas que han tomado la decisión compasiva de explorar una vida basada en plantas. Cada uno de estos paquetes contiene la siguiente poderosa historia que, por sí sola, ha inspirado a un número incalculable de personas para ser  veganas. En ella se describe el viaje angustioso y desgarrador de una vaca al matadero. Al leer la historia que se muestra a continuación, recuerda que: El verdadero precio de cada hamburguesa, nugget de pollo y salchicha de cerdo vendido, no es medido en dólares – se mide con la angustia y con la pérdida de la vida.

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Una Vaca Caída: La historia real de un animal anónimo nacido dentro de la industria de la carne

El camión en el que se transportaba a esta vaca fue descargado en los Corrales Walton en Kentucky, una mañana de septiembre…

Después de que el resto de los animales fueron sacados del camión, ella se quedo atrás, incapaz de moverse. Los trabajadores de los corrales utilizaron los habituales choques eléctricos en su oreja para tratar de sacarla del camión, después la golpearon y patearon en la cara, costillas y espalda, pero ella seguía sin poder moverse. Ataron una cuerda alrededor de su cuello, ataron el otro extremo a un poste en el suelo, y echaron a andar el camión. La vaca fue arrastrada por el suelo del camión y cayó al piso, rompiéndose ambas patas traseras y su pelvis. Permaneció así hasta las 7:30 de esa noche.

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Durante las tres primeras horas, ella yació bajo el sol ardiente llorando a gritos. Periódicamente, cuando orinaba o defecaba, utilizaba sus patas delanteras para arrastrarse por el camino de grava a un lugar limpio. Además,  trató de arrastrarse hasta una zona con sombra, pero no podía moverse lo suficiente. En total, se las arregló para arrastrarse de 13 a 14 dolorosas yardas. Los empleados de los corrales no le dieron nada de agua para tomar – la única agua que recibió fue dada por Jessie Pierce, una activista local de derechos para los animales, que había sido contactada por una mujer que fue testigo del incidente. Jessie llegó al mediodía. Después de no recibir ningún tipo de cooperación por parte de los trabajadores del corral, llamó a la policía del Condado de Kenton. Un policía llegó, pero fue instruido por sus superiores para que no hiciera nada. Se fue a la 1 p.m.

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El operador del corral informó a Jessie que contaba con el permiso de la compañía de seguros para matar a la vaca, pero no lo haría hasta que Jessie se fuera. Aunque dudosa de que mantuviera su palabra, Jessie se fue a las 3 p.m. Regresó a las 4:30pm y encontró los corrales vacíos. Tres perros atacaban a la vaca, que aún estaba viva. Tenía varias heridas por mordeduras y le habían retirado el agua para beber. Jessie contactó a la policía del estado. Cuatro oficiales llegaron a las 5:30 de la tarde. El policía del estado Jan Wuchner quería dispararle a la vaca pero le dijeron que un veterinario debía matarla. Los dos veterinarios de la planta no la someterían a eutanasia, alegando que, a fin de preservar el valor de la carne, ella no podía ser abatida. El carnicero finalmente llegó a las 7:30 p.m. y le disparó a la vaca. Su cuerpo fue comprado por $307.50 dólares.

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Cuando el operador del corral fue interrogado por un reportero del The Kentucky Post, dijo, “No le hicimos ni una chingada”, y se refirió a la atención dada a la vaca por los activistas y por la policía como “estupideces”. Él se rió durante la entrevista, diciendo que no había habido nada de malo en la forma en que trataron a la vaca.

One Cow in the Dairy Industry

She was too sick to move—so they dragged her by the leg & left her. What happens next is heartbreaking. 🙁 This is the story of one cow in the dairy industry, & the TRUTH behind your glass of milk. #MilkTruth[Warning: HARD TO WATCH]

La historia anterior no es un caso aislado. Es muy común que los animales en esta condición san conocidos en la industria de la carne como “downers” (caídas). Esta en las manos del público exigir un cambio, y está en las manos de los consumidores el rehusarse a comprar los productos de esta industria miserable. La única manera de garantizar que los animales “caídos” no sufran para ser convertidos en nuestra comida, es adoptando  una dieta vegana sana y compasiva.

VSK

Actúa ahora para ayudar a los animales

Tú puedes salvar cada año a 100 animales, como la vaca de esta historia, simplemente adoptando una dieta vegana. Así es – volverse vegano salva vidas. Empezar es muy fácil: solo tienes que llenar el formulario que aparece a continuación para recibir una copia gratuita del kit vegano para principiantes de PETA, que incluye recetas, consejos útiles sobre el proceso de transición a un estilo de vida vegano y relatos conmovedores del sufrimiento de los animales en la industria de la alimentación.  El kit te guiará    hacia un estilo de vida más compasivo, saludable y feliz. También puede visitar esta página para ordenar kits para tu familia y amigos.