PETA ha puesto al descubierto el maltrato desenfrenado en la granjas industriales y los mataderos de las industrias de la carne de pollo y el huevo muchas veces a través de los años. Cada vez, la gente abre los ojos y se hacen cambios, en ocasiones incluso por las mismas compañías involucradas. Esta vez, el exposé de PETA de un gran criadero de aves operado por Sanderson Farms, Inc., el cual provee carne de pollo a Kroger, Sysco, Arby’s, Chili’s y otros, ha proporcionado imágenes impactantes que muestran a pollitos no deseados que nacieron solos y los dejaron languidecer antes de finalmente triturarlos vivos.
Este video muestra el tipo de sufrimiento que apoya el comprar pollo.
La vida de un 'pollito tardío'
Los pollitos que nacieron después de lo esperado nacieron solos en cajas de plástico desoladoras, privados del calor, el confort y de sus madres. Los testigos de PETA encontraron a algunos jadeando tratando de respirar y a otros demasiado débiles para pararse o levantar sus cabezas. Encontraron pollitos muertos o agonizando cerca de los vivos, y uno sufrió aparentemente de una fractura de cuello.
Debido a que los “pollito tardíos” como este pollito, llamado Jessie por el testigo, fueron considerados inútiles para la compañía, los dejaron solos, sin experimentar nunca el cuidado ni el calor de su madre, durante horas antes de finalmente morir o ser asesinados.
Estos pollitos, llamados Kai y Lex por el testigo, se encontraban entre los muchos pollitos no deseados que murieron o fueron asesinados poco después de nacer.
Los pollitos descartados que sobrevivieron fueron arrojados dentro de un triturador similar al mostrado a continuación y fueron triturados vivos. El testigo escucho piar a los pollitos dentro del triturador y un trabajador dijo que los pollitos a menudo se atoran dentro o debajo del triturador, donde simplemente los abandonan para que mueran.
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El exposé de PETA tan solo es una mirada dentro de las vidas cortas de los pollitos no deseados en la industria de la carne. Los pollitos que sí nacen a tiempo y sobreviven también sufren enormemente: a menudo son obligados a vivir hacinados en galpones sin ventanas y criados para que crezcan tanto en tan poco tiempo que sus piernas literalmente se rompen bajo sus cuerpos. Incluso si la etiqueta dice “carne humanitaria”, los animales siguen sujetos a los estándares de una industria cruel, incluyendo hacinamiento intenso y muertes horribles.
