No importan adónde vayan los testigos de PETA y de sus afiliados, siempre ven el mismo comportamiento perturbador. Esta vez, una visita a una enorme granja de ovejas en Australia –el principal exportador de lana del mundo– reveló crueldad hacia las ovejas similar a la documentada en los últimos años en docenas de granjas y cobertizos de esquileo en Australia, los E.E.E.U. y Argentina. Los esquiladores fueron burdos, descuidados y violentos, lanzando a las ovejas a varios metros de la plataforma, azotándolas contra el suelo, pateándolas, retorciendo y parándose sobre sus cuellos, y más.

Un esquilador pisoteó la cara de una oveja una docena de veces antes de arrancar violentamente uno de los cuernos del animal. Otro trabajador, después de patear a una oveja en la cara varias veces, le dijo al petrificado animal: “Acuéstate otra vez, puta, te voy a matar”. El observador vio a ese mismo trabajador introducir su dedo en el ano de dos ovejas para hacerlas subir por la rampa hacia el puesto de esquileo.

Los esquiladores fueron burdos con las ovejas, arrodillándose y parándose sobre ellas.

Los esquiladores fueron burdos con las ovejas, arrodillándose y parándose sobre ellas.

Tal como ha sido documentado en muchas granjas, el manejo burdo y el descuido de los esquiladores dejaron a las ovejas con heridas abiertas. La pata de una oveja quedó muy mal, escurriendo sangre después de que un esquilador le infligió una herida de casi treinta centímetros de largo que parecía haberla cortado hasta el hueso. Según el conocimiento del testigo, a esta oveja nunca se le proporcionó ningún cuidado veterinario.

El esquileo rápido y burdo dejó a las ovejas como esta cortadas y sangrando. El testigo no vio que se les proporcionara a los animales ningún alivio para el dolor ni cuidado veterinario.

El esquileo rápido y burdo dejó a las ovejas como esta cortadas y sangrando. El testigo no vio que se les proporcionara a los animales ningún alivio para el dolor ni cuidado veterinario.

Un supervisor azotó a un cordero, a quien PETA llamó Morgan, contra el suelo de madera y luego arrojó al joven animal en un corral para que muriera. Un esquilador reía mientras que el cordero agonizante pateaba y convulsionaba en la tierra.

Un supervisor azotó contra el suelo a este cordero huérfano, a quien PETA llamó Morgan, y arrojó al joven animal a un corral para que muriera.

Un supervisor azotó contra el suelo a este cordero huérfano, a quien PETA llamó Morgan, y arrojó al joven animal a un corral para que muriera.

Después de que una oveja sufrió de lo que parecía ser un infarto cardiaco mientras era esquilada y de morir poco tiempo después, un esquilador fingió un RCP en el animal solo para “divertirse”. Los restos de la oveja fueron posteriormente dados como alimento a los perros del supervisor. Otra oveja fue sujetada contra el suelo, apuñalada en la garganta mientras estaba plenamente consciente, descuartizada y dada como alimento al personal. Cuando un trabajador arrojó el cuero de la oveja al fuego –con la cabeza unida al cuero–, otro trabajador bromeó: “Esa era mi bata, idiota”.

El testigo también documentó mulesing, una horrible mutilación que continúa siendo ampliamente practicada sobre los corderos en las granjas de ovejas de Australia, a pesar de las “promesas” de la industria de ponerle fin a esta práctica. Un supervisor y un trabajador realizaron el mulesing sobre 80 corderos y ovejas cada día, utilizando cizallas para cortar pedazos de la carne de sus traseros mientras los animales se retorcían en agonía. El testigo no vio que se les administraran analgésicos a las ovejas.

EXPOSÉ DE LANA: Ovejas siguen siendo golpeadas, cortadas, lanzadas

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