Carta abierta para aquellos que comen alitas

Las cifras muestran que desde 2014, el número de veganos en Estados Unidos ha aumentado en un 500 por ciento. Esto significa que el 6 por ciento de los estadounidenses ahora se identifican como veganos, siendo que hace tan solo hace tres años, solo el 1% se identificaba como vegano. Las industrias de los lácteos y huevos están perdiendo ventas, y hay opciones sin carne ni lácteos disponibles casi dondequiera que vayas. Así que me pregunto, ¿por qué será que comer alitas de pollo todavía está en auge?

Según los informes de noticias, la demanda de alitas ha aumentado en los últimos años, y las personas están pagando más por ellas. En un momento en que ser vegano va en aumento, ¿por qué esta obsesión por las alitas?

Si alguna vez tomaste una clase de historia (o has visto las noticias) sabrás que algunas “tradiciones” estadounidenses en realidad nunca estuvieron bien y no tienen lugar en la sociedad actual, comer alas de pollo es uno de ellas.

Los pollos son animales muy inteligentes y sensibles con personalidades únicas y sentimientos, ¡a menudo los comparan con los gatos!  Pero, lamentablemente, los pollos no están protegidos por la Ley de Sacrificio Humanitario. Esto significa que los humanos les infligen abusos y sufrimiento inimaginables todos los días, en los mataderos y en las granjas industriales, para que puedan hacer dinero vendiendo sus alas y otras partes de su cuerpo (y es 100% legal).

Los pollos usados por la industria de la carne a menudo pasan toda su vida hacinados en cobertizos sucios junto a decenas de miles de más aves. Estas condiciones extremas de hacinamiento no solo son crueles, sino también son un caldo de cultivo para enfermedades.

Las investigaciones con testigos dentro de la industria de la crianza del pollo “de engorda” han revelado una y otra vez que estas aves sufren deshidratación, enfermedades respiratorias, infecciones bacterianas, ataques al corazón y deformidades en las patas. Los humanos crían a estos pollos para que crezcan tanto y tan rápidamente, que sus piernas no pueden sostener el enorme tamaño de sus cuerpos.

Cuando los pollos cumplen 6 semanas, los envían a mataderos donde los trabajadores los cuelgan de cabeza con grilletes. Una máquina corta sus gargantas y luego los sumerge en agua hirviendo para quitarles las plumas.

La mayoría de los pollos aún están conscientes cuando la máquina les corta la garganta. Muchos que esquivan las navajas o todavía están vivos son escaldados hasta morir en tanques de desplume.

No te dejes engañar por una etiqueta que diga que los pollos vienen de una granja “humanitaria”. Eso es solo una táctica de marketing, en las supuestas granjas “humanitarias” los humanos someten a los animales a los mismos horrores que sufren aquellos que se encuentran en granjas industriales y mataderos.

Seguramente, si las personas maltrataran a los perros y gatos de esta forma y luego vendieran las partes de sus cuerpos, estaría en todas las noticias y los responsables enfrentarían cargos criminales. Los pollos sienten dolor y sufren tanto como los perros y gatos, y no merecen que los traten de esta forma y mueran tan solo para que los humanos puedan comer sus alas mientras ven “el gran juego”.

Algunas tradiciones necesitan desaparecer. Ha llegado el momento de que la obsesión por las alitas de pollo se convierta en cosa del pasado.

¡Ayuda a los pollos ahora!

Ser vegano no significa que tengas que renunciar a los sabores que te gustan. Puedes encontrar una gran cantidad de productos veganos en las tiendas o en línea, y prueba una popular receta de “alitas” veganas Buffalo.

¡COMPROMÉTETE A SER VEGANO!