Cuando los Protectores Necesitan Ser Protegidos: Crueldad Hacia Agentes K-9

Miles de organismos encargados de hacer cumplir la ley en todo el país, usan perros trabajadores llamados K-9s para auxiliar en la aprehensión de sospechosos, detección de narcóticos y explosivos y ubicar a personas desaparecidas. Aun cuando estos perros no participan por su propia voluntad, hacen todo lo posible por complacer a sus manejadores. Los K-9s merecen ser tratados con el mismo respeto que cualquier otro oficial que pone su vida en riesgo para proteger a la comunidad –pero algunas agencias e instalaciones de entrenamiento aún utilizan métodos de entrenamiento crueles, abusivos y anticuados, en lugar de emplear estrategias humanitarias, cuya eficacia se ha comprobado.

“Soy de la firme opinión de que los perros deberían ser tratados con respeto, eso incluye entrenarlos de modo que su bienestar esté por encima de su comportamiento”.

—Guy Williams, entrenador e instructor de perros policía.

PETA trabaja con, y apoya a departamentos policiales de todo el país, a menudo colaborando para investigar, condenar y enjuiciar a maltratadores de animales. Hemos dirigido campañas en agencias y organizaciones por todo Estados Unidos, en un esfuerzo por reducir las trágicas muertes de K-9s en autos calientes, y muchos oficiales nos han agradecido el haber cuidado de sus compañeros caninos. Sabemos que muchos -si no la mayoría- de los manejadores, realmente respetan y valoran a sus K-9s, a quienes les confían sus vidas en situaciones de peligro. Pero algunos casos publicados recientemente, muestran que ciertos manejadores eligen tratar a sus colegas con violencia, así es que PETA les está pidiendo a las agencias de todo el país que se aseguren de que los oficiales estén usando únicamente métodos humanitarios para entrenar a sus K-9s.

Sorprendidos en el Acto: Oficiales Captados en Video

Cuando un hombre de California que trabajaba afuera escuchó a un perro llorar de angustia, miró alrededor para buscar de dónde provenía, y vio a un policía de Vacaville, sentado sobre un perro –identificado más tarde como Gus–, y golpeándolo en el rostro mientras lo tenía sometido por la fuerza sobre su espalda.

En un caso similar en Salisbury, Carolina del Norte, un video se filtró en los medios mostrando a un oficial levantando a un K-9 -identificado más tarde como Zuul- por la correa, columpiando al perro sobre su hombro, arrastrándolo de este modo varios metros, azotando su cuerpo contra el costado de un vehículo policial, metiéndolo al vehículo violentamente y golpeándolo con fuerza. Testigos que aparentemente estaban dentro de un vehículo adyacente, cuya cámara filmó el incidente, pueden ser escuchados en el video. Uno dice “Estamos bien, no hay testigos”, luego alguien ríe. Después alguien pregunta, “¿Está encendida tu cámara?” y la respuesta es “Eh, no, está apagada”. Alguien más dice, “Creo que la mía está encendida”, seguido de “¿Puedes ir a apagar mis cámaras? Solo la delantera”. El video se hizo viral rápidamente, inspirando una protesta local, generando escándalo nacional  internacional y provocando una investigación externa. Según la investigación, se le recomendó la rescisión del contrato al manejador; el oficial James Hampton, quien renunció subsecuentemente. Aunque el fiscal de distrito decidió no acusarle de cargos criminales, el resultado de la investigación reveló que los oficiales colegas de Hampton creyeron que había “disciplinado [a Zuul] incorrectamente”, que la “disciplina fue excesiva e innecesaria” y que “los esfuerzos por disciplinarlo fueron demasiado lejos”. El presidente de una instalación de entrenamiento canino declaró que, en su opinión, “el incidente fue una corrección excesiva”.

En Beattyville, Kentucky, un testigo filmó a un oficial de policía y su K-9 Sara, durante un control de tránsito. Mientras Sara estaba sentada, el manejador la golpeó con la rodilla en la parte trasera de la cabeza (00:12-13 del video aquí). Le gritó una orden para que se “echara” y una vez que ella obedeció, la arrastró por la correa y el collar a lo largo del pavimento.

Beattyville Police Department’s K9 Sara to get donation of body armor Beattyville Police Department’s K9 Sara will…

Posted by Beattyville Police Department on Saturday, January 4, 2020

Según el testigo, el manejador aventó a Sara con fuerza dentro del vehículo de patrulla, la golpeó con la mano una vez que estuvo dentro y luego azotó la puerta contra su costado. El testigo dijo que el otro oficial de policía que estaba en la escena, bloqueó su camino y no le permitió seguir grabando el trato del oficial hacia Sara después de haberla arrastrado por el suelo.

En todos los casos, PETA envió una carta urgente al jefe de policía, condenando la crueldad mostrada por el oficial contra su propio K-9 y solicitando que se retirara al perro del cuidado de ese manejador, que el manejador fuera retirado de la unidad K-9 y que se condujera una investigación sobre el incidente -además de una investigación exhaustiva sobre las políticas y procedimientos del departamento de K-9s para prevenir tales maltratos en el futuro.

Tácticas de la Vieja Escuela: No son Excusas para el Abuso Moderno

Los métodos que fueron considerados el estándar durante décadas, como arrojar cadenas a las piernas traseras de los perros, golpearlos con cinturones de cuero, sumergir sus cabezas bajo el agua y tratarlos como “helicópteros” colgándolos por la correa y haciéndolos girar en el aire hasta que se marean y vomitan- ahora son considerados crueles e ineficientes, y con justa razón.

“Algunos perros podían soportar ser suspendidos por el cuello durante más tiempo de lo que lo soportarían tus brazos sosteniéndolo ahí, ¿y en ese caso qué haces? Algunas personas iban a las rejas más cercanas y suspendían la correa ahí, para sujetar al perro de esa manera. Eso podía hacer perder la noción del tiempo porque ya que no te estás cansando, y estas algo molesto, algunas personas podían sucumbir a la tentación de dejar al perro ahí por más tiempo”.

—Steve White, entrenador experto en K-9

Según un estudio, estas técnicas de manejo forzado tienden a tener más resultados negativos, que a mejorar la “obediencia” de un perro. Según un simposio internacional de veterinaria y expertos del comportamiento, los perros aprenden y mantienen un comportamiento deseable de manera más efectiva, cuando son entrenados con un sistema de recompensa -eventos y/o trato que los asusten o traumaticen, a menudo inducen ansiedad e incluso pánico. Investigación científica adicional sobre técnicas de entrenamiento para perros de trabajo, indican que los perros cuyos manejadores los someten a estímulos aversivos, como tirar de su correa, colgarlos por el collar, regañarlos, o golpearlos; no se desempeñan tan bien en las prácticas y estaban más distraídos.

Según la entrenadora experta en K-9, Deborah Palman del Servicio de Guardianes de Maine, las ventajas de no usar la fuerza incluyen; menos estrés y menos lesiones tanto para el perro como para el entrenador, además de un incremento en la cooperación entre el perro y el entrenador, ahorro de tiempo en el entrenamiento, menos re-entrenamiento en obediencia y menos agresión. El entrenador experto, con sede en Seattle, Steve White, recalca que usar refuerzo positivo en lugar de fuerza, significa que los perros aprenden a confiar en sus manejadores, desarrollando una relación de trabajo más fuerte para que los manejadores -quienes estadísticamente, se involucran en más enfrentamientos armados que el resto de los miembros de sus departamentos- puedan contar con que sus perros obedecerán sus órdenes en momentos críticos.

La gente depende de su policía local para mantener seguras a sus comunidades y está altamente consciente de los incidentes en los que se aplica fuerza policial excesiva  y estudios han mostrado que aquellas personas que son violentas con los animales, tienden a ser violentas con los humanos también.

CÓMO REPORTAR LA CRUELDAD HACIA LOS ANIMALES