Ratones y ratas en laboratorios

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Más de 100 millones de ratones y ratas son matados en los laboratorios de los Estados Unidos cada año. Son abusadas por todo, desde pruebas de toxicología (en las cuales son lentamente envenenados hasta morir), pasando por dolorosos experimentos de quemaduras, hasta experimentos psicológicos que provocan terror, ansiedad, depresión e impotencia.

Son deliberadamente electrocutados durante estudios de dolor, son mutilados en cirugías experimentales, y se les suministra de todo, desde cocaína hasta metanfetaminas inyectadas en sus cuerpos. Se les meten tumores cancerígenos y se les inyectan células humanas durante experimentos de manipulación genética.

Investigaciones de PETA realizadas dentro de los laboratorios de la Universidad de North Carolina–Chapel Hill y de la Universidad de Utah, revelaron que a los ratones y a las ratas se les suministraron tumores enormes y dolorosas enfermedades mortales. Las ratas tenían agujeros perforados dentro de sus cráneos para experimentos invasivos de cerebro.

Los ratones y las ratas son mamíferos con sistemas nerviosos similares a los nuestros. No es ningún secreto que sienten dolor, miedo, soledad y alegría al igual que nosotros. Estos animales son altamente sociales y se comunican entre ellos usando sonidos de alta frecuencia, inaudibles para el oído humano. Sienten apego emocional entre ellos, aman a sus familias y establecen fácilmente vínculos con los guardianes humanos. Los ratones macho enamoran a sus compañeras con agudas canciones de amor. Las ratas bebé se ríen nerviosamente cuando se les hacen cosquillas. No solo las ratas expresan empatía cuando otra rata o humano que conocen está angustiado, sino que también demuestran altruismo, poniéndose a sí mismas en problemas, antes que dejar a otro ser vivo sufrir.

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A pesar de que estos animales sienten dolor y sufren tanto como perros, gatos y conejos, son excluidos de las exiguas disposiciones de la Ley de Bienestar Animal federal, que extiende al menos algo de protección a estas otras especies. Debido a que los ratones y las ratas no están protegidos por la ley, los experimentadores no tienen ni siquiera que brindarles analgésicos. Mientras que los experimentadores que usan conejillos de Indias deben brindarles analgésicos y deben al menos demostrar que han buscado alternativas modernas al uso de animales, los experimentadores no tienen ni siquiera que contar los ratones y las ratas que matan. Una encuesta de 2009 de investigadores de la Universidad de Newcastle encontró que a los ratones y a las ratas que fueron sometidos a procedimientos dolorosos e invasivos como cirugías de cráneo, experimentos de quemaduras y cirugías espinales, se les dieron analgésicos después de los procedimientos solo un 20 por ciento de las veces.

Algunas estimaciones indican que tanto como 800 laboratorios en los Estados Unidos no están sujetos a las leyes federales ni a las inspecciones, porque experimentan exclusivamente con ratones, ratas y otros animales cuyo uso no está regulado.

Puedes ayudar a cambiar el destino de estos animales vulnerables, instando a tus miembros del Congreso a enmendar la Ley de Bienestar Animal para incluir protección para ratones y ratas. Por favor apoya solo a las compañías y entidades de caridad que no hacen pruebas sobre animales, ¡y toma el compromiso de PETA de andar sin crueldad, hoy mismo!