SeaWorld al descubierto: Una veterinaria visita el SeaWorld

La Dra. Heather Rally, una veterinaria que tiene experiencia trabajando con mamíferos marinos, visitó el SeaWorld de San Diego en septiembre y en octubre de 2014. Sus observaciones revelan que las orcas no son las únicas que sufren en el SeaWorld – delfines, morsas, calderones y ballenas beluga también lo hacen. He aquí sus (no tan) impactantes hallazgos:

  1. Delfines con enfermedades de la piel y con sistemas inmunológicos probablemente debilitados interactuaban con el público.

Un estudio publicado en el Canadian Journal of Comparative Medicine encontró que el “[e]stres, las condiciones ambientales y de salud en general parecen jugar un papel importante en la manifestación clínica de la viruela del delfín”. A pesar de las condiciones de estrés del confinamiento, todavía se espera que los delfines actúen e interactúen con el público.

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“Los delfines involucrados en actividades interactivas con humanos tenían lesiones obvias en la piel”, dice la Dra. Rally. Estas lesiones como de viruela pueden verse en muchos de los delfines del SeaWorld de San Diego.

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Aún así, a los visitantes se les permitía estar en el agua y con frecuencia se sentaban al lado de la piscina sin supervisión, metiendo sus manos en el agua y tocando a los delfines. La única miembro del personal de SeaWorld en la zona estaba sentada de espaldas a los visitantes.

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  1. El acoso y las peleas agresivas entre miembros de varias especies eran aparentemente frecuentes.

Cuando las ballenas y los delfines son mantenidos en cautiverio, el estrés de estar confinados en pequeños tanques resulta en agresión.

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Las lesiones más comunes son marcas de rastrillo que se forman cuando los dientes de las ballenas y los delfines dominantes rasguñan la piel de los animales menos agresivos. Estos ataques pueden causar lesiones dolorosas y graves. “Observé a delfines embestir, perseguir, volcar y tratar de golpearse entre sí con sus aletas”, dice la Dra. Rally.

La Dra. Rally observó a delfines con marcas de rastrillo en diversas etapas de sanación.

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Las marcas de rastrillo producen cicatrices que generalmente desaparecen dentro de los seis meses posteriores a la lesión inicial. Esto “significa que la agresión entre los cetáceos en el SeaWorld no solo está ocurriendo en la actualidad, sino que también es habitual”,  dice la Dra. Rally. La gravedad de las cicatrices por lo general indica cuáles animales son acosados con mayor frecuencia.

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En la naturaleza, la agresión entre los cetáceos ocurre con menos frecuencia que en el cautiverio. Según la Dra. Rally, “Cuando los delfines y las orcas son mantenidos en cautiverio, las jerarquías de dominio agresivo ocurren con frecuencia”. En SeaWorld, los animales no pueden simplemente separarse para dispersar una situación, y cuando ocurre  un ataque agresivo, no hay ningún lugar al que los animales puedan escapar.

Al menos una orca que al parecer intentó huir terminó con una lesión horrible y dolorosa.

Nakai se lesionó con un borde de metal afilado en su tanque en el SeaWorld de San Diego en septiembre de 2012, supuestamente mientras huía de un altercado agresivo con otras dos orcas.

Nakai se lesionó con un borde de metal afilado en su tanque en el SeaWorld de San Diego en septiembre de 2012, supuestamente mientras huía de un altercado agresivo con otras dos orcas.

  1. Las orcas muestran estrés sicológico

Las orcas en la naturaleza crean fuertes lazos familiares y nadan hasta 100 millas por día. En el SeaWorld, se ven obligadas a realizar trucos antinaturales y a nadar en círculos interminables. Las orcas en cautiverio en el SeaWorld tendrían que nadar 1.900 vueltas alrededor de los pequeños tanques en los que están confinadas a fin de nadar la misma distancia que las orcas en la naturaleza suelen recorrer cada día. El estrés del confinamiento era evidente en el SeaWorld de San Diego.

Después de observar el espectáculo de las orcas, la Dra. Rally notó que Ikaika, una de las orcas, “nadó hasta el centro de la piscina y procedió a yacer inmóvil en la superficie, levantando la cabeza y abriendo la boca ocasionalmente como tragando aire”. Añadió: “Este comportamiento duró por lo menos 15 minutos, mientras el público era evacuado del estadio”.

Las orcas salvajes están casi constantemente en movimiento y pasan hasta 95 por ciento de su tiempo bajo el agua. A una edad temprana, Ikaika fue separado de su familia y enviado a MarineLand en Ontario, Canadá, donde permaneció muchos años en un préstamo para crianza. Aún estando en el SeaWorld, se le daban drogas para “suavizarlo” y sufría de varias dolencias físicas, incluyendo dientes rotos e infecciones crónicas.

orca-floating-lifelessly© iStock.com/Inessal
Ningún entrenador estaba presente en el tanque de concreto para interactuar con Ikaika y él no mostró interés alguno en el público mientras éste salía del estadio.

Otra orca, quien tenía su aleta dorsal severamente colapsada estaba flotando sin moverse en la esquina cercana a la salida de la piscina.

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Observa la Dra. Rally que “flotar lánguidamente en posición lateral es un comportamiento extremadamente anormal para una orca y es una manifestación de la angustia sicológica y del aburrimiento del cautiverio”.

Cuando la Dra. Rally le preguntó a un guía “educativo” por qué la aleta de esta orca estaba colapsada, el guía respondió que “la aleta doblada es un rasgo genético similar al de las personas de cabello rizado vs. cabello lacio”.

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Esta afirmación es totalmente falsa. “No hay ninguna base científica para la afirmación de que las orcas están programadas genéticamente para tener aletas dorsales colapsadas. Sin embargo, hay pruebas que indican que las condiciones del cautiverio son responsables de una alta incidencia de aleta dorsal colapsada en esta población, incluyendo actividades como pasar períodos de tiempo anormalmente largos en la superficie bajo la luz solar directa y nadar constantemente en círculos pequeños”, dice la Dra. Rally.

  1. Animales enfermos

Los animales cautivos son privados de todo lo que les es natural e importante y como consecuencia, a menudo experimentan problemas de salud relacionados con el cautiverio.

Una morsa llamada Obie estaba confinada a un tanque pequeñito que estaba cubierto con una delgada capa de algas.

obie© iStock.com/Svetlana Pazhiltseva

Obie sufría de angustia sicológica y aburrimiento y lo manifestaba presionando su boca contra el vidrio y vomitando y comiendo su alimento repetidamente. Este es un comportamiento neurótico común en animales silvestres en cautiverio y podría causar problemas serios de salud.

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Obie sufría de ceguera e irritación crónica de las membranas mucosas de sus ojos. Mantenía sus párpados cerrados el 90 por ciento del tiempo.

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  1. Separados de sus madres

Los delfines, las belugas y otras ballenas son animales muy sociables que viven junto a sus familias por muchos años, si acaso no toda su vida. En el SeaWorld, a menudo se ven obligados a reproducirse y son arrancados de sus familias a una edad temprana. Esto afecta su bienestar y su desarrollo físico, social y sicológico.

Dos jóvenes belugas hembra fueron separadas de los tres animales adultos que estaban a la vista. No está claro si las mantienen juntas o en aislamiento.

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Los animales marinos no son nuestros para usarlos como entretenimiento, y no nacieron para ser confinados en tanques hacinados, estériles y llenos de químicos. Nacieron para vivir en su ambiente natural y nadar libremente con sus familias.

Basándose en las observaciones y opinión experta de la Dra. Rally, PETA ha presentado una queja ante el Departamento de Agricultura de EE.UU. con respecto a numerosas aparentes violaciones a la Ley Federal de Bienestar Animal. PETA instó a la agencia a inspeccionar al SeaWorld y a hacer responsable a la empresa de cualquier violación que se encuentre.

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