6 razones por las que comer pescado durante Semana Santa no es algo santo

Si creciste en un hogar latino, sabes que en marzo nos preparamos para celebrar Semana Santa. Una costumbre de esta celebración religiosa es la abstención de comer carne, algo fantástico para muchos animales, pero no para los peces, cuya carne los católicos normalmente comen durante la Semana Santa. ¿Piensas preparar comidas con pescado? Este blog podría hacerte cambiar de idea.

Estas son seis razones por las que comer pescado no es saludable y simplemente es cruel:

  1. Los peces permanecen en condiciones inhumanas e insalubres.

La mayoría de los pescados consumidos por humanos provienen de criaderos de peces, conocidos como piscigranjas. Los peces son hacinados en tanques de concreto, que incluso están más abarrotados que el metro en hora pico. En realidad, son tratados tan mal que deben vivir junto a sus propias heces, lo que resulta en infecciones parasitarias, lesiones y enfermedades. Los piojos de mar, por ejemplo, comen a los peces por dentro, causándoles caída de escamas y grandes llagas. En condiciones de gran hacinamiento, estos parásitos a menudo llegan a comer hasta el hueso en la cara de los peces, resultando en lo que frecuentemente se llama “corona de  muerte”.

A los peces que sobreviven a este sufrimiento se les hace pasar hambre antes de matarlos, para reducir los niveles de excremento en el agua durante el transporte. Al salmón, por ejemplo, se lo priva de comida durante 10 días completos.

  1. El atún en lata es un negocio sucio

¿Alguna vez te preguntaste qué hay en una lata de atún? No solo pescado, con seguridad. Los cuerpos de los peces absorben químicos tóxicos del agua a su alrededor, que se concentran cada vez más hacia el tope de la cadena alimenticia. Los grandes peces, como el atún  y el salmón, comen muchos pequeños peces y absorben los químicos de todos ellos.

El atún en lata son básicamente partes del cuerpo mezcladas y destrozadas juntas. No sorprende que mucha gente haya encontrado las cosas más insólitas dentro de las latas. Mira las noticias locales y seguro encontrarás algunas historias de horror, como la vez que alguien encontró un misterioso parásito en una. ¡Guácala, no gracias!

  1. La carne de pescado tiene poco valor nutricional.

Si crees que comer pescado es sano, piénsalo nuevamente. “¿Y qué hay del omega-3?”, te puedes preguntar. El omega-3 en la carne de pescado proviene de plantas acuáticas que los peces ingieren, pero comer pescado proveniente de criaderos de peces significa que consumirás niveles poco saludables de ácidos grasos presentes en sus cuerpos alimentados con maíz transgénico, lo que es malo para tu corazón. La carne de tilapia, por ejemplo, debe ser la menos saludable y más desagradable del mundo. Consumirla es en realidad peor para ti que comer tocino, te puede enfermar por contaminación bacteriana.

  1. Comer pescado incrementa tu riesgo de contraer cáncer.

La mayoría de los peces criados para comida son tratados con grandes cantidades de antibióticos, químicos cancerígenos y pesticidas para reducir las bacterias y enfermedades resultantes de las condiciones de hacinamiento en las que son mantenidos. Así que cuando comes pescado, estás ingiriendo todos esos químicos que pueden dañar tu sistema nervioso. Estas toxinas son almacenadas en tu grasa corporal y pueden permanecer allí durante décadas.

  1. Los peces atrapados en la naturaleza tienen grandes niveles de estrés y miedo.

No es ningún secreto que los peces sienten dolor cuando son sacados del agua, respiran agitadamente y luchan por liberarse. Y sin embargo, son golpeados y pisados hasta quedar inconscientes para luego ser colocados en el congelador o simplemente dejar que se desangren hasta la muerte, sin remordimiento.

  1. Pescar es malo para el medioambiente.

Si te preocupa el planeta, deberías realmente considerar cambiar a un estilo de vida vegano. El setenta y cinco por ciento de la pesca mundial ya está explotada o agotada, podríamos tener océanos sin peces hacia 2048, y no podemos permitir que esto suceda.

La Semana Santa nos enseña la importancia de la justicia y de la paz y del vivir y dejar vivir. Entonces ¿por qué esto no es reflejado en nuestras elecciones alimentarias? La próxima vez que pienses en comer pescado, recuerda que sin importar si fueron criados en granjas de peces, atrapados en el océano con redes gigantes o palangre, o atrapados en un anzuelo con una caña de pescar, el comerlos significa crueldad, y esto es algo a lo que debemos oponernos.

Afortunadamente, puedes ayudar a prevenir el sufrimiento animal cambiando a un estilo de vida vegano. ¡No existe mayor bienestar que salvar a 100 animales cada año tan solo no comiéndolos! Deja el pescado y otros “productos” animales en esta Semana Santa, te mostramos cómo.

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