Como madre lactando a un pequeño, mi corazón se enternece por las vacas

Mi bebe yacía sobre mi pecho momentos después de llegar al mundo y me sobrecogía una mezcla de emociones que no creí fuera posible. El vínculo fue instantáneo. Me habían advertido que sería un amor como ningún otro, pero nada me podría preparar para lo que sentí. Era omnipotente, y supe en ese instante que sería capaz de mover montañas para mantener seguro a mi pequeño.

Sus instintos eran primarios. Incluso antes de abrir los ojos, y como si fuese un milagro, tu manita buscó mi pecho y se alimentó por primera vez. Mi cuerpo le proveía de todo lo que necesitaba, y mientras veía su carita, me di cuenta de que él era todo lo que yo necesitaba también.

El amor de una madre y su hijo trasciende todas las especies, y aunque he sido vegana por seis años, en estos momentos mi propósito de proveer a mi familia de un estilo de vida compasivo y a base de plantas se hizo más fuerte que nunca antes. Mientras amamantaba a mi hijo, pensé en todas las madres a las que se les niega la oportunidad de hacerlo, un acto tan básico. Es por eso que se me rompe el corazón cuando pienso en las vacas utilizadas en la industria de los lácteos.

Mucha gente no se da cuenta que las vacas producen leche por la misma razón por la que la producimos los humanos (y todos los demás mamíferos): para alimentar a nuestros recién nacidos. Gracias a la demanda de alimentos lácteos como el queso, el helado y el yogurt, las vacas son inseminadas artificialmente una, y otra vez. Sufren ese mismo trauma físico y emocional que es dar a luz, pero a diferencia mía, una vaca madre nunca podrá alimentar a su bebé, a quien ama tanto como yo al mío. A ella le quitarán a su bebé minutos después de dar a luz. Los machos se venden como terneros y las hembras son destinadas a sufrir el mismo martirio que sus madres. Todo esto, para promover la lactancia en sus cuerpos y que la leche que, de forma natural, está destinada para los becerros, acabe siendo vendida a humanos. Esto les sucede a alrededor de 9 millones de vacas en E.E.U.U. cada año.

Las vacas son increíblemente maternales, de igual manera que las madres humanas, y se les ha documentado pasando días buscando a sus becerros después de haber sido separadas de ellos. Más de una vez ha sucedido que la gente que vive en los alrededores de una granja de leche, llama a las autoridades reportando quejidos y gritos terribles, solo para darse cuenta de que los sonidos provienen de un animal no-humano, de las vacas que lloran por sus bebés.

Recientemente una vaca madre, quién sufrió del trauma de ser separada de su bebé recién nacido años atrás, escondió a su nuevo becerro en pastizales con la esperanza de que tal vez podría ver a su hijo crecer. Por suerte, la vaca ahora vive en un santuario y podrá vivir con su bebé y verlo crecer.

Lactar es difícil, especialmente al principio. Y ya sea que tu bebé se alimente solo perfectamente, que necesites pezoneras, máquinas extractoras de leche, o suplementos a base de soya, como madres, nos llena de orgullo poder ser la primera fuente de nutrición de nuestros bebés. No puedo ni imaginar lo que se sentiría que me roben mi leche y se la quiten a mi hijo, para dársela a alguien más.

Según Margie Deutsch Lash, una consultora de la Junta Internacional de Lactancia, con maestría en educación:

La leche mamífera es especial para cada especie. La leche de las vacas es para becerros, la humana para bebés humanos. Cada madre produce el alimento perfecto para su bebé. La composición de la leche materna va cambiando en tanto va creciendo el pequeño. De esta manera, la leche de una madre de un pequeño de 3 meses, será completamente a aquella que la misma madre produjo cuando el bebé era un recién nacido. Estos cambios están diseñados específicamente por la naturaleza para cubrir las necesidades en el del desarrollo del bebé.

Ya sea que seas “Lactivista”, feminista, o simplemente una persona de buen corazón, te pido que elimines los productos lácteos de tu dieta y tu carrito de compras la próxima vez que vayas al supermercado. Si respetas el vínculo entre una madre y su bebé, y apoyas el derecho a amamantar, por favor no apoyes el abuso cíclico que sucede en la industria de los lácteos.

COMPROMÉTETE A SER VEGANO