Todo el Brillo sin los Fuegos Artificiales: Celebra un 4 de Julio Respetuoso con los Animales

En la era de la COVID-19, la palabra “escasez” se está volviendo muy familiar. Pero, a diferencia de la escasez de papel de baño, productos de limpieza y harina, la falta de fuegos artificiales podría ser beneficiosa.

En su reporte más reciente, Fireworks Annual Report, la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor (Consumer Products Safety Commission) estimó que, en 2019, las salas de emergencia de los hospitales de Estados Unidos trataron a 10.000 pacientes por heridas relacionadas con fuegos artificiales. La agencia recibió reportes de al menos 12 muertes relacionadas con fuegos artificiales, pero señala que la cifra real probablemente sea más alta.

Además, la Asociación Nacional de Protección contra el Fuego (National Fire Protection Association) encontró que la pirotecnia causa en promedio, 20.000 incendios cada año, provocando pérdidas de $100 millones en propiedades. A menudo, los seguros no cubren estos gastos. Tristemente, estos explosivos también provocan miles de incendios forestales cada año con consecuencias devastadoras para los bosques y los animales que los habitan. Además, con las condiciones actuales de sequía en muchas partes del país, los incendios forestales de este año, podrían ser particularmente destructivos.

Los incendios no son la única amenaza a la vida silvestre que supone la pirotecnia. En zonas en las que se detonan fuegos artificiales, a menudo se contaminan las superficies y el agua subterránea, por el perclorato -un carcinógeno común en los explosivos. Los animales también pueden ingerir o ser heridos por los cartuchos que no han estallado, pedazos de plástico y otros restos que quedan abandonados.

Y durante los espectáculos ruidosos, venados y otros animales asustados, frecuentemente corren hacia las carreteras y las aves vuelan de sus nidos. Tras un espectáculo de fuegos artificiales en Arkansas, los cuerpos de alrededor de 5.000 tordos alirojos, cayeron del cielo. Las aves entraron en pánico y alzaron vuelo, pero por su mala visión nocturna, se estamparon contra casas, vallas publicitarias y otros obstáculos, provocándoles traumatismos contundentes y la muerte.

En la víspera de Año Nuevo, el año pasado, la gente detonó fuegos artificiales en Roma, Italia, a pesar de la prohibición por parte de la ciudad, lo cual resultó en cientos de aves muertas que cubrieron las calles de la ciudad. La Organización Internacional para la Protección de los Animales, supone que, además de la muerte por colisión, otra causa de muerte pudo haber sido ataques cardíacos producidos por el miedo. Otras aves han muerto tras ahogarse con densas columnas de humo repletas de químicos.

Bombas que estallan en el aire pueden ser perturbadoras para veteranos, niños pequeños y cualquier otra persona con una sensibilidad a los sonidos estrepitosos, pero a menudo son mortales para perros y gatos, cuyo oído es mucho más sensible que el nuestro.

Los refugios de animales han hallado que, después de Año Nuevo y el Cuatro de Julio, reciben un número altísimo de reportes de guardianes, cuyos animales han saltado rejas, roto puertas de mosquitero o saltado a través de ventanas para escapar del ruido. Muchos nunca regresan a casa. El problema se ha vuelto tan recurrente que el pasado Julio, organizaciones de rescate de animales en Los Ángeles, instalaron estaciones de escaneo de microchips por toda la ciudad para que los residentes pudieran llevar a animales perdidos en las calles, con la esperanza de poder reunirlos con sus familias.

Pero sí existe una solución fácil. Y no tenemos que cancelar nuestros festejos -ni siquiera alterarlos de manera significativa. La escasez de fuegos artificiales este año y los elevados costos suponen la oportunidad perfecta para que las ciudades preparen entretenidos espectáculos de luces con láser, que son más seguros y más respetuosos con el ambiente -además de ser más humanitarios.  Aunado a eso, son más económicos y los gobiernos municipales podrían usar esas mismas luces año tras año para crear diferentes espectáculos deslumbrantes. Los láseres pueden emular los fuegos artificiales tradicionales, así como proyectar todas las imágenes imaginables, y pueden ser coreografiados con fuentes y música.

Además, tampoco faltan opciones para tener festejos seguros en casa. La revista Parenting sugiere cañones de confeti, burbujas que brillan en la oscuridad, espuma mágica, palitos fluorescentes, luces de bengala hechas con cintas brillantes y petardos hechos con Peta Zetas (caramelos carbonatados).

No necesitamos cohetes reales para festejar el Día de la Independencia, así como no necesitamos fantasmas reales para disfrutar de Halloween. Cuando un simple cambio podría proteger el medio ambiente y salvar innumerables vidas, ¿no vale la pena probarlo?

AYUDE A SUS ANIMALES SOBREVIVIR LOS FUEGOS ARTIFICIALES