Agencias Federales: Empleados Incompetentes Causan Dolor y Sufrimiento a los Animales en Laboratorios de los NIH

Los monos fueron dejados sin agua durante días, los animales no recibieron analgésicos adecuados antes o después de las cirugías y un ratón realmente se prendió fuego: estas son algunas de las grotescas violaciones al bienestar animal en los laboratorios de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) que PETA ha descubierto recientemente.

Leíste bien: Un ratón. Se prendió. Fuego.

Raton pequeña en manos de un experimentador en un laboratorio sepsis

PETA sacó a la luz una gran cantidad de archivos de casos federales que documentaban un enorme sufrimiento y muertes inimaginables a manos de experimentadores de los NIH, cuya relación eventual con la compasión solo es eclipsada por su abundante negligencia. Las últimas violaciones siguen a otras igualmente horribles que expusimos anteriormente.

PETA ahora está pidiendo la renuncia del máximo jefe de los NIH, el director Francis Collins, cuya ineficaz supervisión quedó al descubierto en los archivos.

En total, los informes federales documentan 34 casos de violaciones graves al bienestar animal en los laboratorios gubernamentales de los NIH en el período comprendido entre marzo de 2020 y junio de 2021. Estos incluyen los siguientes:

  • Empleados distraídos no notaron la falta de agua en una tubería y cuatro monos estuvieron sin agua durante tres días. La deshidratación de los monos fue tan grave que hubo que administrarles fluidos por vía intravenosa.
  • En 10 incidentes distintos, los experimentadores no se aseguraron de que los ratones tuvieran acceso a comida o agua, lo que provocó la muerte de los animales por inanición o deshidratación. En un incidente, tres ratones bebés murieron por una combinación de hipotermia y deshidratación cuando un bebedero que goteaba mojó la cama de paja de la jaula y nadie se dio cuenta. En otro incidente, se vio a un ratón que había estado sin agua “encorvado, letárgico y con problemas oculares”. Al ratón se le practicó la eutanasia.
  • Una mona de 6 años se asfixió mientras estaba anestesiada, porque los experimentadores no notaron que un tanque de oxígeno estaba desconectado.
  • Un mono requirió una cirugía “extensa” en su brazo izquierdo, pierna izquierda y espalda después de que los experimentadores lo pusieran en una jaula con un mono incompatible y los dos pelearon.
  • Un mono padeció dos cirugías en vez de una cuando un experimentador distraído le hizo la misma cirugía una semana después de la primera.
  • Un cobayo de 3 días murió por el impacto, tras caer de una jaula.
  • Un ratón se prendió fuego cuando el personal no se dio cuenta de que se habían acumulado vapores de alcohol durante una cirugía con electrocauterio, un procedimiento que utiliza una corriente eléctrica para producir calor, e incendió el cuerpo del animal. Al ratón se le practicó la eutanasia.
  • Los experimentadores de los NIH no administraron analgésicos adecuados a los animales en el postoperatorio. En un incidente, a 142 ratones se les administraron analgésicos vencidos después de la cirugía. En otro, 75 ratones sometidos a cirugías de transferencia de embriones no recibieron analgésicos en el postoperatorio. En otro más, a 15 monos se les administró un analgésico vencido después de usarlos en un procedimiento no especificado.
  • Un mono Rhesus de 18 años que había sido anestesiado para la extracción de un diente sufrió una quemadura extensa (2″ por 3″ y media pulgada de profundidad) en su abdomen cuando un experimentador colocó una compresa de gel para proveer calor directamente sobre su piel, en lugar de envolver primero la compresa como era necesario. Dos días después, se desarrolló una lesión en el abdomen del mono.

Y estas se suman a las otras violaciones de los NIH que reportamos el año pasado.

El dinero de tus impuestos financia esta torpe insensibilidad. Los NIH gastan casi la mitad de su presupuesto anual en experimentos en animales, crueles y sin ningún valor. En esencia, la agencia derrocha más de $19 mil millones cada año, porque los estudios han demostrado que el 90% de la investigación básica, que en su mayoría involucra experimentos en animales, no conducen a tratamientos para humanos. El gasto excesivo y extravagante de los NIH es completamente insostenible, y el sufrimiento y la muerte que “compran”, tanto intencionales como por su incompetencia documentada, es totalmente inadmisible.

Collins podría mostrar algo de liderazgo verdadero poniendo fin al despilfarro fiscal de los NIH y acabando con sus innecesarias y dolorosas pruebas en animales, comenzando por los horribles experimentos en monos de Elisabeth Murray.

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