Experimentadores de UW-Madison Congelan Bebés Vivos, Hacen Pasar Hambre a los Animales

Actualización: 16 de agosto de 2021

Los vulnerables animales siguen sufriendo en la Universidad de Wisconsin–Madison mientras una cultura de desprecio por el bienestar animal continúa prevaleciendo en los laboratorios del instituto. PETA ha obtenido una mina de registros federales que revelan el sufrimiento desenfrenado de los animales y una falta absoluta de responsabilidad por violaciones claras a las leyes de bienestar animal.

Durante el período de cinco meses, desde enero de 2021 hasta mayo de 2021, la UW-Madison violó regulaciones y normas federales de bienestar animal no menos de 11 veces. Las dosis de analgésicos para el dolor posoperatorio y luego de un procedimiento nunca fueron suministradas o se demoraron debido a la negligencia de los trabajadores, agravando así el sufrimiento de los animales. En tres incidentes separados, los monos escaparon de las jaulas –a menudo después de que los trabajadores no revisaran las cerraduras– y sufrieron lesiones. Los experimentadores expusieron a los ratones a una fuerte radiación sin usar un equipo protector adecuado. A raíz de ello, se encontraron 10 ratones muertos por envenenamiento por radiación y un ratón adicional tuvo que ser sometido a eutanasia. En varios incidentes, a los monos les suministraron dosis incorrectas –y generalmente más altas– de compuestos experimentales y otros, y en un caso, un mono tuvo que ser sometido a eutanasia por ese error. Un tití sufrió una lesión en el pie cuando un empleado cerró la puerta de la jaula sin darse cuenta de que el cuerpo del animal no estaba completamente dentro de la misma. La lesión requirió intervención veterinaria.

En 2020, la UW-Madison recibió más de $338 millones en dinero de los contribuyentes a través de los Institutos Nacionales de Salud, y se estima que la mitad de ese monto financia experimentos en animales. Según una encuesta de Pew Research Center, la mayoría de los estadounidenses se oponen al uso de animales en experimentación. Incluso, entre quienes apoyan la experimentación animal, existe la expectativa de que los laboratorios cumplirán con las regulaciones y normas mínimas de bienestar animal requeridas por ley. Las violaciones habituales y extremas de estas regulaciones y normas por parte de la UW-Madison representan un sufrimiento casi inimaginable para los animales, un derroche de dinero de los contribuyentes y una traición a la confianza del público.

Publicado originalmente el 7 de abril de 2021.

Pensarías que tras congelar irresponsablemente a algunos ratones bebés vivos, dejar a los macacos sin agua varios días o no suministrarles un analgésico a varios monos que habían sido sometidos a cirugías, aprenderías a cuidar mejor a los animales bajo tu supervisión. Pero no es así en la Universidad Wisconsin–Madison, donde las violaciones a las directrices federales de bienestar animal se acumulan como basura en un vertedero y huelen igual de mal.

PETA anteriormente expuso el pésimo trato a los monos en el Centro Nacional de Investigación de Primates de Wisconsin (Wisconsin National Primate Research Center) y no sorprende que la conducta en todos sus laboratorios con animales sea igual de despreciable.

Monos enjaulados en laboratorio WNPRC

Lo que padecen los animales en experimentos en UW-Madison

Entre febrero de 2018 y febrero de 2021, 56 reportes independientes (algunos que documentan múltiples violaciones) fueron presentados ilustrando negligencia, incompetencia y descuido asombrosos por parte de los experimentadores de UW-Madison. Esto equivale a uno o dos reportes presentados cada mes.

Reiteradamente, los trabajadores de los laboratorios de UW-Madison no les proporcionaban a los animales ni siquiera sus necesidades más básicas. En un incidente de febrero de 2018, tres ratones bebés murieron de hambre, y hubo que aplicarles la eutanasia a dos de ellos, porque los experimentadores olvidaron darles de comer. Y mientras los trabajadores del laboratorio estaban relajándose en sus tumbonas en un picnic durante el Memorial Day de ese año, tres macacos no recibieron agua durante todo el fin de semana largo. Desde entonces, hubo al menos siete incidentes más en los que el personal no les brindó a los animales agua o comida.

En agosto de 2020, 35 peces cebra murieron cuando un trabajador del laboratorio desactivó la línea de flujo de agua conectada al tanque y olvidó restablecerla. En octubre de 2020, tres ratones murieron y un cuarto tuvo que ser sometido a eutanasia cuando fueron dejados en una cámara hermética y el trabajador olvidó activar el flujo de aire. Trabajadores no suministraron analgésicos adecuados a un cerdo y a un macaco Rhesus que fueron usados en cirugías experimentales en septiembre de 2020 y enero de 2021, respectivamente.

La palabra “eutanasia” proviene del griego y significa “buena muerte”, pero a algunos de los animales que fueron sometidos a la llamada eutanasia en los laboratorios desolados de UW-Madison no se les evitó el sufrimiento, ni siquiera en sus últimos momentos. En un incidente de 2019, seis ratones recién nacidos sobrevivieron a un torpe gaseado y fueron encontrados con vida en un congelador. El año anterior, otro ratón bebé languideció vivo en un refrigerador durante “aproximadamente media hora” después de que el trabajador del laboratorio no confirmara si el ratón estaba muerto.

A veces, el personal de los laboratorios de UW-Madison no se daba cuenta del mismo problema o error durante días antes de que alguien lo notara. Diecinueve días pasaron antes de que alguien se diera cuenta de que un técnico veterinario estaba tratando la articulación del macaco equivocado en el año 2018. Y no fue sino después de dos semanas que se dieron cuenta de “la severidad de la herida” de un macaco que había escapado de una jaula de experimentación y lastimado la cola, a quien hubo que brindarle atención veterinaria.

Ni siquiera cuando muchas personas tenían la tarea de asegurar el suministro de comida a los animales o que la puerta de una jaula estuviera cerrada, UW-Madison lograba hacerlo bien. En un incidente del 2019, después de que tan solo dos miembros del personal se dieran cuenta de que había una jaula mal cerrada, dos macacos escaparon e interactuaron con un tercer mono. Los tres terminaron lastimados y necesitaron atención veterinaria.

Pero tal vez el incidente más impactante durante este período fue el de un tití adolescente, a quien hubo que amputarle la pierna derecha después de padecer una fractura de fémur “en algún momento antes o después de múltiples manipulaciones aprobadas por el protocolo mientras estaba consciente”. En cuanto al hecho causante de esta lesión que le destruyó la pierna, los distraídos experimentadores de UW-Madison no hicieron más que encogerse de hombros: el incidente fue atribuido a causas indeterminadas.

Cuando los animales son vistos como tubos de ensayo vivientes, a quienes los humanos tienen la libertad de explotar y descartar, no sorprende que sean tratados como basura. Pero lo que realmente es una basura es la creencia de que los animales son nuestros para usarlos, sin mencionar la llamada “ciencia” que proviene de esta crueldad. UW-Madison debe cerrar sus laboratorios con animales y cambiar a métodos relevantes para los humanos sin el uso de animales.

monos enjaulados en laboratorio de experimentos Wisconsin National Primate

Qué puedes hacer

Actúa ahora para decirles a las instituciones explotadoras de animales como UW-Madison que es hora de descartar en el vertedero los experimentos realizados en otras especies.

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