Sin Comida, Agua ni Analgésicos: Esta es la Escuela de Medicina de Baylor

Raton pequeña en manos de un experimentador en un laboratorio sepsis

Se han acumulado horrores en los laboratorios de la Escuela de Medicina de Baylor (BCM), donde personas no calificadas pasan con dificultad de un procedimiento experimental a otro y donde reinan la insensibilidad y la indiferencia hacia el sufrimiento animal. Los ratones bebés cojeaban de dolor después de que los experimentadores les cortaran los dedos de los pies sin analgésicos. Los experimentadores unían quirúrgicamente a gemelos que compartían un solo sistema circulatorio cortando y suturando juntos a pares de ratones. A un ratón le drenaban sangre de una arteria detrás del ojo y luego le extrajeron el ojo, todo sin anestesia.

Después de la obtención de informes federales que documentan 78 inquietantes violaciones federales al bienestar animal en los laboratorios de BCM entre el 1 de febrero de 2019 y el 10 de junio de 2021, PETA está presentando una denuncia de crueldad ante la oficina del fiscal de distrito del condado de Harris, solicitando que investigue a BCM por aparentes violaciones de prohibiciones de Texas contra la crueldad hacia los animales.

PETA también exige que los jefes de BCM –en nuestra segunda queja desde septiembre de 2019– pongan fin al descontrolado espectáculo de terror de la escuela al responsabilizar a los experimentadores por el dolor y el sufrimiento que causan y prohibiendo su contacto con animales.

Agonía sin control en Baylor

Informes federales muestran que los experimentadores de BCM no lograron aliviar el dolor de forma adecuada a más de 500 animales en 18 ocasiones distintas. Los animales fueron los siguientes, entre otros:

• A 20 ratones bebés les amputaron los dedos de los pies, pero los animales no recibieron ningún analgésico.
• Setenta y ocho ratones fueron sometidos a cirugías para implantarles dispositivos en el cráneo, pero recibieron solo la mitad de los analgésicos que se suponía que debían recibir.
• Cuatro ratones fueron sometidos a un procedimiento cardíaco invasivo, pero no recibieron analgésicos durante los seis días posteriores.
• Doce ratones fueron castrados y dos murieron cuando no se les suministró el régimen prescrito de tres días de analgésicos.

¿Reglas? ¿Qué reglas?

Los informes federales muestran que los experimentadores de BCM realizaron procedimientos horrendos que no habían sido aprobados, en violación de las regulaciones federales, con tanta frecuencia que parece que “volverse deshonestos” es una práctica estándar en la escuela. Por ejemplo:

• Experimentadores amputaron las puntas de las colas de los ratones, mataron a los ratones rompiéndoles el cuello y les amputaron los dedos de los pies sin analgésicos, violando las reglas.
• Cinco pares de ratones, que fueron cosidos juntos en un experimento, fueron sometidos a una cirugía de separación riesgosa y complicada sin la supervisión adecuada.
• Se inyectaron sustancias distintas a las aprobadas para el procedimiento a 342 ratones o administradas a través de sondas nasogástricas introducidas en sus gargantas.
• A un ratón se le extrajo sangre de una arteria detrás del ojo y luego se le extirpó el ojo, todo sin anestesia, en procedimientos no aprobados. El ratón murió.

Medicamentos vencidos, incompetencia generalizada

Ni siquiera se puede confiar en el personal de BCM para proporcionarles comida y agua a los animales. Los registros federales muestran que un ratón murió después de quedar sin comida ni agua tras una cirugía de cráneo. Entre otros ejemplos de incompetencia de BCM, figuran estos:

• Se suministró un anestésico vencido a 286 ratones antes de un procedimiento similar al embalsamamiento en humanos, en el que se inyecta una solución química en el sistema vascular de un animal para reemplazar a la sangre.
• Un lechón que fue sometido a cirugía sufrió una rotura del intestino delgado debido a puntos de sutura realizados con una separación que demostraba incompetencia.
• Un experimentador que mató a cuatro ratones no fue aprobado para realizar el procedimiento.

BCM recaudó más de $351 millones en impuestos el año pasado. Aproximadamente la mitad de eso financia la experimentación en animales que la escuela es claramente incapaz o no está dispuesta a realizar de conformidad con las normas y pautas mínimas básicas de bienestar animal. Sus prácticas faltas de moralidad causan un dolor grotesco y casi inimaginable a los animales. Es hora de que BCM abandone el negocio de la tortura animal y se ocupe del negocio de mejorar la salud humana mediante la adopción de métodos de investigación sin animales y relevantes para humanos.

Qué puedes hacer

Súmate a los miles de seguidores de PETA que ya le han pedido al Congreso que deje de derrochar el dinero de los contribuyentes en experimentos crueles e inservibles en animales y mejor se enfoque en métodos de investigación modernos sin animales.

¡ACTÚA AHORA!