Nunca Nos Dimos Por Vencidos: El Triunfo de PETA Sobre Ringling Bros.

Treinta y seis años de protestas de PETA en contra del circo Ringling Bros. and Barnum & Bailey, con 146 años de antigüedad, durante los cuales miembros y simpatizantes revelaron que los animales eran golpeados y sufrían maltrato, han disminuido la asistencia del público hasta un punto sin retorno.

Desde el principio, PETA ha sido el rival más fuerte y némesis de Ringling Bros.

La decisión de Ringling de cerrar, llega después de que PETA trabajase sin cansancio durante décadas para asegurar que todas y cada una de las personas que consideraban asistir a uno de los espectáculos supiera exactamente el tipo de crueldad que la compra de su boleto estaba financiando.

En años recientes, encontrar un solo espectáculo de Ringling en el que simpatizantes de PETA no se encontraran afuera del recinto, instando al público a no ver el espectáculo más cruel de la tierra, habría sido prácticamente imposible. Miles de persistentes y dedicadas personas participaron en las protestas en contra del circo. Algunos vistieron disfraces, otros repartieron volantes a padres de familia, estampas y libros para colorear a niños, y muchos sostuvieron pancartas con mensajes como “Ringling golpea a los animales.”

Dada nuestra persistente presencia, muchos inclusive dirían que protestar en un espectáculo de Ringling se convirtió en una tradición de iniciación en el movimiento de los derechos de los animales.

Y en tanto que en algún momento se requirieron medidas tan drásticas como verter dos toneladas de estiércol frente a las oficinas centrales de Ringling, o sentarse en una jaula, pintados como tigres, para persuadir a los medios a hacer reportajes sobre la crueldad animal en los circos, en lugar de publicar artículos sobre las ventas de boletos de la empresa; los reportajes de demostraciones en contra del circo y sus más recientes violaciones a la ley de bienestar animal (Animal Welfare Act –AWA) se convirtieron en lo más publicado.

Levantamos denuncias frente al departamento de agricultura de EE.UU. (USDA –U.S. Department of Aagriculture) tras las muertes de Kenny, un bebé elefante que Ringling obligó a actuar mientras estaba terriblemente enfermo, y un elefante de cuatro años llamado Benjamin, quien se ahogó mientras nadaba en una alberca en la que un entrenador lo atormentaba con un bullhook. También levantamos una denuncia después de que un león llamado Clyde, se cocinara vivo, dentro de un vagón, y un bebé elefante llamado Riccardo se rompiese las piernas durante un entrenamiento.

Tomó años de presión, para persuadir a la agencia de la oficina del consejo general, a tomar acción sobre la seriedad del abuso que pusimos al descubierto, y cuando finalmente lo hizo, la USDA multó a Ringling con la suma más alta de dinero jamás exigida a cualquier expositor de animales: más de un cuarto del millón de dólares.

Con la ayuda de un testigo, quien moría de cáncer, y estaba llevando a cabo la voluntad de su esposa, nos envió fotografías que mostraban cómo Ringling quebrantaba el espíritu de los elefantes bebé, atándolos y golpeándolos. Nosotros revelamos esta crueldad circense a millones.

Los entrenadores de Ringling arrancaban a bebés elefantes del lado de sus madres y los forzaban a permanecer de pie sobre pisos de concreto, durante lapsos de hasta 23 horas al día, durante seis, o más, meses. Algunos eran sometidos con cuerdas tan ceñidas que les infligían unas profundas, y muy dolorosas, heridas. Estas fotografías fueron para Ringling, lo que Blackfish fue para SeaWorld, y las mostrábamos afuera de cada show.

Un elefante bebé forzado a permanecer en una pose antinatural con el uso de bullhooks y cuerdas fuera del centro de conservación de elefantes.

Con la ayuda de testigos, capturamos cientos de fotos y horas de video que revelaban las golpizas, jalones y tirones, que los empleados de Ringling infligían a los elefantes con bullhooks, y mostramos que el maquillaje de los elefantes era un coagulante sanguíneo de color gris que escondía sus heridas sangrantes.

Al final, Ringling ha sido citado más de 150 veces por violar la Ley de Bienestar Animal.

Las imágenes de estos abusos, sostenidas en alto durante nuestras demostraciones en casi cada uno de los shows de Ringling, causaron que muchos asistentes al circo tirasen sus boletos a la basura y se alejaran. Nuestro departamento corporativo persuadió a los más grandes patrocinadores de Ringling, incluyendo Denny’s, Sears, Ford, Kellog’s, MasterCard y Visa, a finalizar sus tratos con la empresa.

Celebridades también querían formar parte de la ayuda para terminar con el maltrato de los animales en los circos. A través de los años, PETA trabajó en conjunto con múltiples íconos culturales para decirle a la gente que los entrenadores azotaban a tigres, golpeaban a elefantes, y les negaban a todos los animales de los circos, todo aquello que les es natural e importante. Y todo, para que hicieran trucos sin sentido.

Creamos a Ellie, una impresionante elefanta robótica con la voz de la estrella de Quantico, Priyanka Chopra, quien se puso en marcha, a visitar a cientos de miles de niños en escuelas a lo largo y ancho de EE.UU. para instarlos a pensar en los animales y decir no a los circos.

Un claro ejemplo del cambio drástico que hemos visto en las actitudes hacia los animales en los circos en la esfera legislativa.

En 1995, Newt Gingrich ayudó a Ringling a llevar un triste desfile de 14 elefantes prisioneros a Capitol Hill, para un evento de los miembros del congreso, y el circo lo nombró maestro de ceremonias honorario. Los manifestantes de PETA se encontraban afuera, siendo arrestados durante el evento, para movilizar a un senador a que diese un discurso apasionado en favor a los elefantes, en el senado. Pero a pesar de esto, mucha de la cobertura del evento se enfocó en el espectáculo del circo y no en el abuso que nos dispusimos a exponer.

Pero ahora, y gracias a las llamadas de nuestros miembros, correos electrónicos, cartas a legisladores, y a los testimonios de nuestros expertos, muchas ciudades, inclusive estados enteros como California y Rhode Island, han prohibido el uso de bullhooks, un hecho que contribuyó a hacer que Ringling se viera forzado a sacar a los elefantes de las giras en el 2016. Muchas veces golpeamos un bullhook contra una mesa para que los legisladores pudiesen apreciar el abusivo poder de la herramienta. (A menudo, la seguridad de las audiencias nos prohibió la entrada con bullhooks, identificándolos, correctamente, como armas) Sin los bullhooks, fue mucho más difícil para Ringling, torturar a elefantes para obligarlos a actuar.

La explotación de elefantes de Ringling, recibió otro fatal golpe cuando PETA prevaleció en una petición de transparencia en la que obtuvo documentos que comprobaban que, al menos desde el 2010, los elefantes del circo habían resultado positivos en las pruebas del virus humano de tuberculosis (TB). El TB es altamente contagioso, y se transmite de elefantes a humanos, inclusive sin contacto directo, por lo cual el atuendo intentó ocultar este secreto durante años.

El último espectáculo de Ringling se llevará a cabo cerca de un año después de que dejase de transportar a elefantes explotados a lo largo y ancho del país.

En marzo de 2015, cuando Ringling anunció por primera vez que no usaría más elefantes en sus espectáculos, declaró que dejaría de usarlos por completo para el año 2018. Pero gracias a la creciente oposición del público, para mayo del 2016, los elefantes estaban fuera de las giras.

Ringling los reubicó en su establecimiento, engañosamente llamado; “Centro para la conservación de elefantes” (Center for the Conservation of Animals—CEC), en Polk City, Florida, en donde ya albergaba a docenas de elefantes. Sin embargo, la vida en el CEC, en donde los elefantes son encadenados diariamente, sometidos a entrenamientos abusivos, privados de toda oportunidad de socializar, y forzados a reproducirse, no es, para nada, un “retiro”. Continuaremos luchando por estos animales hasta que sean ubicados en un santuario acreditado.

En tanto que los elefantes recibieron un pequeño descanso con el fin de sus actuaciones, los tigres, camellos, burros, cerdos, canguros, llamas, y otros animales que Ringling aún explota, permanecen condenados a vivir vidas miserables llenas de sufrimiento y privaciones.

Así que en lugar de rendirse, PETA incrementó las apuestas, como es característico de la organización, y centró su atención en los grandes felinos que el circo mantuvo prisioneros.

https://apps.facebook.com/PETALatino/videos/1274528649224474/

Finalmente, los ejecutivos de Ringling aprendieron que deshacerse de los elefantes pero aun utilizar tigres y otros animales en cautiverio en sus espectáculos no sería suficiente para superar años de incansables protestas y quejas por el maltrato a los animales. A menos de un año después de retirar los actos con elefantes, el 21 de mayo del 2017, será la última actuación del espectáculo más cruel sobre la Tierra.

Los días del cruel abuso de animales en el nombre del entretenimiento, ya fuese en circos itinerantes, o acuáticos, tal como lo es SeaWorld, han quedado muy atrás.

Ninguno de estos logros habrían sido posibles sin los esfuerzos de personas que quieren, lo que nosotros, terminar los horrores inherentes de la explotación de los animales para el entretenimiento.

Tomó más de tres décadas de demostraciones imparables, campañas publicitarias, reuniones con agencias del gobierno, quejas, investigaciones con testigos, pláticas escolares, apoyo de celebridades, legislaciones, presión corporativa y mucho más, para ganar esta importante victoria. El cierre de Ringling es un recordatorio de que, con determinación, podemos lograr victorias importantes para el progreso de los animales.

PETA no podría haber hecho esto sin nuestros miembros y simpatizantes, que escribieron cartas, hicieron llamadas a legisladores, asistieron a protestas y propagaron las noticias en sus redes sociales. Gracias. Y ahora, ¡adelante!

¡AYUDA A LOS ANIMALES EN OTROS CIRCOS!