Conoce tu carne

La carne y los productos lácteos vienen empaquetados de tal forma que la gente olvida fácilmente su proveniencia. La verdad detrás de esto es: animales viviendo en granjas en condiciones deplorables y estrechas, algunas veces en cajas o jaulas tan pequeñas que estos animales ni siquiera pueden acostarse o extender sus alas. Investigaciones encubiertas han mostrado que los animales en granjas son golpeados con barras metálicas, perforados, pateados, abusados sexualmente y forzados a entrar al matadero entre patadas y gritos.

Entonces, ¿cómo llega realmente la carne desde las granjas hasta tu plato? La historia es diferente para cada animal.

Pollos

Los pollos son probablemente los animales que sufren más abusos en el planeta. Son hacinados dentro de sucias naves por miles y forzados a vivir en medio de su propio excremento y los cadáveres de otras aves. Son criados y drogados para crecer a un ritmo que sus piernas y órganos no pueden mantener, provocando que los ataques al corazón, fallos de órganos y deformidades incapacitantes en las piernas sean padecimientos comunes. Muchos se ven lisiados debido a su propio peso y eventualmente mueren ya que no pueden moverse para alimentarse o beber agua.

En el matadero, los pollos son colgados de cabeza, sus piernas son introducidas en grilletes metálicos, son degollados y sumergidos en tanques de agua hirviendo para desplumarlos. A menudo son conscientes durante todo el proceso.

Las aves explotadas por sus huevos, llamadas “gallinas ponedoras” por la industria, son hacinadas en jaulas en serie, que son apiladas hilera sobre hilera en largos almacenes. Con siete u ocho de estas aves en cada jaula ni siquiera tienen espacio suficiente para extender incluso una de sus alas. Cintas transportadoras traen la comida y el agua y se llevan los huevos. Debido a que sus huesos son tan débiles y sus cuerpos están tan desgastados, hasta 90 por ciento de las gallinas tienen huesos rotos o están desangrándose desde el momento en que llegan al matadero.

 

Ganado

El ganado es castrado, herrado en repetidas ocasiones, y algunos tienen sus cuernos cortados mientras que otros los queman, todo ello sin el uso de analgésicos. Después de soportar casi un año hacinados en corrales de engorda, son introducidos en camiones y transportados a través de los climas más extremos. En el matadero muchos son degollados, desollados y desmembrados mientras todavía están conscientes.

Las vacas producen leche por la misma razón que los humanos: para nutrir a los pequeños. Con el fin de forzar a los animales a continuar a producir leche el personal en las granjas por lo general las fecundan usando inseminación artificial cada año. Después que sus terneros son traumáticamente apartados de ellas, las vacas son conectadas, varias veces durante el día, a máquinas ordeñadoras. Estas vacas son genéticamente manipuladas, artificialmente inseminadas, y por lo regular drogadas, para forzarlas a producir aproximadamente cuatro y media veces la cantidad de leche que producirían naturalmente para alimentar a sus terneros. Un estudio de la industria reporta que al momento en que son muertas, cerca del 40 por cierto de las vacas usadas para producir leche cojean debido al confinamiento constante, la suciedad y el estrés de estar constantemente embarazadas y produciendo leche. Cada año más de 100,000 vacas son incapaces de salir caminando los camiones de transporte, y aún así son sacrificadas para el consumo humano.

La mayoría de los terneros – “subproductos” de la industria de los lácteos – son traumáticamente apartados de sus madres cuando ni siquiera han cumplido un día de nacidos. Muchos son enviados a sucios corrales de engorda en espera de la muerte. Otros son mantenidos en pequeñas y oscuras jaulas, donde permanecen casi totalmente inmovilizados para que su carne permanezca tierna. Asustados, enfermos y solos, estos terneros son matados después de unos cuantos meses de vida de tal forma que su carne pueda ser vendida como “carne de ternera”. El consumo de leche apoya esta industria.

Cerdos

Los cerdos son animales extrovertidos y sensibles. En las granjas pasan sus vidas enteras hacinados en sucios almacenes con el estrés constante del confinamiento intensivo donde se les niega todo lo que es importante y natural para ellos. Las madres pasan la mayor parte de sus miserables vidas en pequeñas jaulas de gestación, demasiada pequeñas incluso para que se puedan dar la vuelta. Son impregnadas una y otra vez hasta sus cuerpos no pueden aguantar, momento en el que son enviadas al matadero.

Los lechones son separados de sus angustiadas madres después de unas pocas semanas. Sus rabos son cortados, sus dientes son recortados con pinzas, y los machos son castrados. Esto sin el uso de analgésicos para aliviar el dolor.

Cuando llega el tiempo de ir al matadero, los cerdos son apretados dentro de camiones de transporte que viajan varios kilómetros a través de climas extremos. Muchos mueres de insolación en el verano o se congelan al camión en el invierno. De acuerdo con los reportes de la industria, más de 1 millón de cerdos mueren en el traslado cada año, y otros  420,000 están lisiados al momento en que llegan al matadero.

Debido a los inadecuados métodos de aturdimiento, muchos cerdos siguen conscientes cuando son introducidos en el agua hirviente, que tiene por objeto remover el pelo y suavizar su piel.

Peces 

Más del 40 por ciento de todos los pescados consumidos cada año son criados en piscifactorías en tierra o cerca del mar. Las que están en tierra concentran miles de de peces en estanques, piscinas o tanques de concreto. Las otras están situadas cerca de las costas, y los peces en ellas viven confinados a redes o jaulas de malla.

Los peces en las piscifactorías pasan su vida entera en sucios y atestados cercos, y muchos sufren de infecciones parasitarias, enfermedades y lesiones debilitantes. Las condiciones en estos lugares son tan horrendas que el 40 por cierto de los peces pueden morir antes de que los trabajadores puedan matarlos y empaquetarlos como comida. A los peces que sobreviven se les niega el alimento antes de ser enviados al matadero con la intención de recudir la contaminación del agua durante su transporte. Al salmón, por ejemplo, se le deja sin comer por 10 días enteros.

En la naturaleza, cientos de billones de peces – junto con otros animales “atrapados por error”, incluyendo tiburones, tortugas de mar, focas y ballenas – son capturados cada año en redes que arrasan el océano o arrastrados por horas en largos sedales para la industria del pescado.

Si los peces son criados en piscifactorías, capturados en el océano por redes gigantes o largos sedales, o atrapados por una caña de pescar, comerlos respalda la crueldad contra los animales.

Afortunadamente, puedes ayudar a aliviar el sufrimiento de estos animales inclinándote por una dieta vegana. ¡No hay mejor sentimiento que ser capaz de decir que tú salvas más de 100 animales cada año tan sólo por escoger no comértelos!

¡COMPROMÉTETE A SER VEGANO!