Sufrimiento de Animales: Experimentadores Pierden los Escrúpulos en los Laboratorios de Northwestern

Según nuevos registros federales obtenidos por PETA, la Universidad Northwestern, cerca de Chicago, continúa promoviendo una cultura de negligencia y crueldad en sus laboratorios, al dejar que los animales se retuerzan del dolor mientras los experimentadores y el personal se descuidan o se niegan a proveer las protecciones más básicas para el bienestar de los animales.

En una carta enviada hoy al rector entrante de la Universidad Northwestern, Michael H. Schill, PETA exige que el instituto enfrente su marcada historia de maltrato animal y ponga fin de inmediato a su constante negligencia. Obtuvimos registros federales que indican que los laboratorios de la universidad acumularon 14 violaciones a los lineamientos federales de bienestar animal entre diciembre de 2020 y diciembre de 2021.

Algunas de las violaciones eran fuertemente grotescas.

En una de ellas, un experimentador mal entrenado intentó realizar sin éxito la “eutanasia por dislocación cervical” de dos ratones. “Dislocación cervical” es un eufemismo de romper la columna vertebral, en este caso a un ratón, en la base de la cabeza tirando de la cabeza y la cola en direcciones opuestas. En otro incidente, un experimentador distinto que no tenía autorización para romperle el cuello a nueve ratones lo hizo de todos modos.

Según documentos federales, los experimentadores de la Northwestern tienen la vieja costumbre de salirse del guion y hacer lo que les parece, independientemente de que los procedimientos sean aprobados. Vean, por ejemplo, lo siguiente:

  • Los experimentadores pusieron a 33 ratones en una dieta rica en grasa durante tres meses, les sacaron sangre y luego mataron a 13 de ellos.
  • Los experimentadores sometieron a 36 ratones a experimentos sobre comportamientos que no habían sido aprobados.
  • Los experimentadores sometieron a ocho ratones a un procedimiento en el que el sistema inmunitario del cuerpo ataca el cerebro y la médula espinal, provocando inflamación y luego los mataron. El procedimiento no había sido aprobado.
  • Los experimentadores les dieron un fármaco no aprobado a 11 ratones, el cual goteó en su lecho desde un bebedero, y luego los mataron.
  • Los experimentadores aplicaron inyecciones de células no aprobadas a 10 ratones y luego los mataron.

Los documentos federales obtenidos por PETA muestran la insensibilidad de los experimentadores de Northwestern ante el sufrimiento de los animales:

  • En dos ocasiones distintas, los experimentadores le amputaron una parte de la cola a siete ratones, y no recibieron los anestésicos ni analgésicos necesarios.
  • En otras dos ocasiones, los experimentadores eliminaron inadecuadamente el pelo de los ratones antes de la cirugía. Un ratón fue encontrado muerto y otros 16 desarrollaron lesiones de piel y fueron asesinados. Uno de los procedimientos no había sido aprobado.

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El dinero público viene con responsabilidad

En 2021, Northwestern recibió más de $48 millones de dólares de los contribuyentes de los Institutos Nacionales de Salud. La gente que financia estos laboratorios puede, legítimamente, esperar que el instituto acate los estándares mínimos de cuidado de los animales establecidos en las regulaciones y lineamientos federales. Su continuo incumplimiento de estos estándares muy básicos representa una violación abyecta a la confianza de la gente.

Alumnos destacados del laboratorio de Northwestern

Dos nombres notorios han salido de las entrañas de los laboratorios de experimentación animal de la Universidad Northwestern. Wyndham Lathem fue condenado a 53 años de prisión por el asesinato de su novio. Lathem, junto con un cómplice, apuñaló a su novio 70 veces, y casi lo decapitó. Como miembro del personal de un laboratorio de Northwestern, Lathem infectó ratones con la peste bubónica y observó cómo morían lentamente.

Jules Masserman fue un experimentador de la Northwestern que descubrió que los monos exhibían tal empatía que preferían morir de hambre antes que tirar de una palanca para aplicar dolorosas descargas eléctricas a otros monos para obtener comida. Sin embargo, continuó usándolos a lo largo de su carrera. Masserman, que también tenía una práctica privada, fue acusado por varias pacientes de drogarlas y abusar sexualmente de ellas. Negó haberlo hecho, pero llegó a un acuerdo extrajudicial con cuatro mujeres y renunció a su licencia médica. La Asociación Americana de Psiquiatría lo suspendió por cinco años en vez de expulsarlo.

Hemos estado aquí antes

PETA ya instó a la Northwestern a enmendarse y rectificar en una carta del 31 de marzo de 2020 dirigida al ex rector de la universidad, que citaba documentación donde los animales estaban siendo utilizados en procedimientos dolorosos e invasivos en condiciones no estériles o se les negaban analgésicos adecuados. Hicimos un llamado al instituto para que haga algo para abordar su alarmante cultura de desprecio por el bienestar animal básico.

Pero los problemas persisten. Los animales continúan sufriendo.

La nueva directiva debe hacer lo que la anterior no hizo: decirles a esos experimentadores sin escrúpulos que la fiesta se acabó. A cualquier experimentador que viole las leyes o lineamientos federales se les cancelarán los experimentos en animales, se les revocarán los privilegios de la experimentación en animales y se les negará el acceso a los laboratorios con animales. Sin una respuesta severa, continuarán las violaciones graves. Es hora de que Northwestern aborde sus fallas y adopte el Acuerdo de Modernización de la Investigación de los científicos de PETA, una estrategia para reemplazar los experimentos en animales por métodos de investigación modernos, sin animales y relevantes para los humanos.

Qué puedes hacer

Súmate a los miles de seguidores de PETA que ya le han pedido al Congreso que deje de desperdiciar el dinero de los contribuyentes en experimentos crueles e inútiles en animales y, en su lugar, se enfoque en métodos superiores de investigación sin animales.

¡ACTÚA AHORA!