Cada orca es un individuo: la vida de Corky siendo explotada y lo que pudo haber sido

La vida de  la orca Corky no ha sido real, en cierto sentido. En cambio, ha sufrido décadas de cruel confinamiento y explotación: una pesadilla en vida. Comparar cómo tuvo que vivir en tanques diminutos, principalmente en SeaWorld San Diego, con cómo pudo haber vivido en la naturaleza puede ofrecerte una perspectiva compasiva de su difícil situación. Dado que el 11 de diciembre es el aniversario de la captura de Corky, PETA espera que esto lleve a todos a actuar y ayudar a salvarla a ella y a otros mamíferos marinos usados para el entretenimiento. Cada orca (y cualquier otro animal) es alguien, y ningún ser humano debería tener derecho a robarle, a un ser vivo y sintiente como Corky, su libertad natural.

Comparando la vida de explotación de la orca Corky, con lo que pudo haber sido

  • 1969: Humanos especistas separaron violentamente a Corky de su familia cerca de la costa de Columbia Británica y la vendieron al cautiverio. En cambio, Corky podría haberse quedado con su madre, un vínculo que muchas orcas silvestres comparten de por vida. Esta oportunidad le fue robada a Corky, quien nunca conoció a sus hermanos menores, Fife y Ripple.
  • 1977–1987: Durante casi una década, los trabajadores del ahora desaparecido, Marineland of the Pacific en California, usaron a Corky como máquina de reproducción: la cruzaron con su propio primo, seis veces. Fue la primera orca que dio a luz en cautiverio en 1977, pero su cría murió de neumonía después de sólo 11 días. En 1987, Corky fue trasladada a SeaWorld San Diego, donde su último embarazo terminó en un aborto espontáneo. Los trabajadores encontraron a su bebé muerto en el fondo de un tanque. Ninguno de sus siete bebés sobrevivió más de 47 días. En cambio, Corky podría haber elegido a su propia pareja y haber aprendido las habilidades maternales de su manada. En el océano, es posible que sus bebés hubieran sobrevivido hasta la edad adulta. No habría tenido que ver cómo los humanos le arrebataban a sus bebés muertos.
Orca saliendo del mar
  • 1989: Tal vez extrañando a sus propias crías, Corky pasó mucho tiempo cerca de una joven orca hembra llamada Orkid cuando compartían un tanque en SeaWorld. Pero esta situación podría haber provocado celos: en agosto, Kandu, la madre de Orkid, atacó a Corky. Arremetiendo con fuerza contra Corky, Kandu se rompió la mandíbula, cortando las arterias de su cabeza. Tardó 45 minutos en morir mientras Orkid observaba impotente. En cambio, Corky no se habría visto obligada a sufrir una situación de vida antinatural que llevara al conflicto y a la muerte de otros.
  • 2021 y 2022: En 2021, PETA recibió informes de que SeaWorld San Diego había colocado a las 10 orcas que tenía, juntas en un área, a pesar de un historial documentado de agresión entre algunas de ellas; lo que llevó a la ahora fallecida orca Amaya, a perseguir y herir a Corky. Un año después, imágenes en video de testigos mostraron un ataque entre orcas en el parque, que resultó en una herida grave a una orca que se cree que es Corky. En cambio, en el océano, Corky probablemente nunca habría sido atacada, ya que los ataques de este tipo son raros en las poblaciones de orcas silvestres. Habría podido escapar de los ataques para evitar lesiones si no hubiera estado atrapada en diminutos tanques con otras orcas frustradas.
  • Ahora: Corky ha vivido en diminutos tanques durante 54 años, con entrenadores que la obligan a actuar día tras día. Todavía le queda poco por hacer más que nadar en círculos interminables. En cambio, podría haber permanecido en el océano, nadando hasta 150 millas por día con su familia. Corky habría sido libre de vivir como quisiera y nunca habría tenido que aprender trucos inútiles a cambio de peces muertos.

Cómo está luchando PETA por la orca Corky y lo que aún podría ser

PETA ha tomado muchas acciones como parte de nuestra larga campaña por la liberación de Corky en un santuario ostero. Desde trabajar con celebridades como Pamela Anderson y Christopher von Uckermann hasta el activismo de accionistas e incluso una innovadora demanda constitucional en su nombre, PETA nunca ha dejado de luchar por Corky.

Un equipo de expertos ha estado trabajando para construir un santuario costero en las aguas natales de Corky, donde por fin podría regresar a la zona del océano a la que pertenece. Si es liberada en un santuario de este tipo, Corky finalmente podría comunicarse con sus propios hermanos biológicos, Fife y Ripple. Podía sentir las corrientes que fluyen, sumergirse profundamente en el agua y tener algo parecido a la vida natural que los humanos le han negado durante tanto tiempo. Pero para que eso suceda, SeaWorld necesita tomar acción ahora y establecer de inmediato un plan firme y rápido para trasladarla a un santuario costero.

Actúa

Pídele a SeaWorld que envíe a Corky a un santuario costero y nunca visites un parque de indiversiones.