Cuidado Dental de Animales de Compañía

Recientemente, le pregunté a mi veterinario acerca de hacerle una limpieza dental a mi compañero canino/mejor amigo, Pete.

Perro feliz

Ahora, comprende que soy alguien que usa hilo dental todos los días, nunca he tenido una caries y usé fielmente un retenedor durante años después de que se me quitaran los frenillos. Se podría decir que soy un poco friki de la higiene dental.

Supongo que mi afición se extiende a la higiene dental de los perros, porque cuando el veterinario miró la boca de Pete, pareció desconcertado. ¡Me dijo que los dientes de Pete estaban tan limpios que no era necesaria una limpieza profesional! ¡Hurra por la prevención! ¡Y hurra por los veterinarios honestos!

¿Y tu perro o gato? ¿Podría tu compañero animal estar en un anuncio de pasta de dientes de Tom’s of Maine, o el aliento de Fido o Fluffy es tan apestoso que aguantas el tuyo cada vez que él o ella ladra, bosteza o maúlla? Una buena higiene dental para tu compañero animal no se trata solo de tener dientes blancos perlados, aunque eso es un buen beneficio. También es esencial para su salud en general.

Por ejemplo, ¿sabías que, si las encías de tu perro o gato se infectaran y tuvieran un absceso, permitiría que las bacterias ingresen al torrente sanguíneo? ¡Esto puede causar complicaciones con el hígado, los riñones e incluso el corazón!

Si aún no lo has hecho, ¿por qué no brindarle a tu mejor amigo un plan de higiene bucal hoy? Algunos consejos sobre cómo empezar:

• Comienza muy, muy lentamente. Usa pasta de dientes que esté específicamente formulada para animales (ya que la pasta de dientes humana puede alterar la barriga de los animales) y permite que tu compañero animal lama la pasta de tu dedo. Es posible que debas probar algunas pastas diferentes para encontrar un sabor que le guste a tu gato o perro. (¡Pete odia la menta pero ama la vainilla!)

Una vez que tu compañero animal acepte la pasta, aplica un poco en tu dedo y pásalo suavemente por los dientes de tu animal. Cuando Fido o Fluffy lo acepten (puede tomar varios días, ¡ten paciencia!), intenta hacer lo mismo con un cepillo de dientes suave diseñado para las encías y los dientes de los animales, y haz círculos pequeños y suaves a lo largo de la línea de las encías.

• Asegúrate de elogiarlo en todo momento y dale a Fido o Fluffy una golosina, tiempo de juego o un paseo después para que el cepillado se vea como una experiencia placentera.

• Intenta que el cepillado forme parte de la rutina diaria de tu compañero animal, ¡quizás justo después de cepillarse los dientes!

Llama a tu veterinario y programa una cita lo antes posible si notas alguna de las siguientes señales de advertencia:

• Acumulación de sarro amarillo o marrón a lo largo de la línea de las encías

• Encías inflamadas, rojas, hinchadas, sangrantes, retraídas o sensibles

• Mal aliento persistente

• Dientes rotos

• Reabsorción dental: una condición común y muy dolorosa en los gatos, en la que el diente básicamente se disuelve

• Cambio en los hábitos de comer o masticar, manosear la cara o la boca, o depresión. Tu compañero animal seguramente te agradecerá tus esfuerzos con dulces besos de perrito o gato, ¡y esa es una razón para que ambos sonrían!