Experimentos en Animales no Ayudan a Humanos que Luchan Contra Adicciones

¿Qué es un Trastorno por Consumo de Sustancias?

Un trastorno por consumo de sustancias (TCS) ocurre cuando alguien consume una o más sustancias de una manera que afecta la química y el comportamiento del cerebro, lo que afecta su capacidad para detener o regular el uso de la(s) sustancia(s). Es posible que sigan consumiendo la(s) sustancia(s) a pesar de las consecuencias negativas, como malos resultados de salud, dificultades en las relaciones o problemas en el trabajo. La adicción es la forma más grave de TCS.

Las personas que sufren de TCS pueden tener problemas con el alcohol y otros depresores, los opiáceos y otros narcóticos, los productos del tabaco, el cannabis o los estimulantes, como la cocaína y la metanfetamina.

¿Cuántas Personas Tienen TCS?

Según la última Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas y Salud, “En 2020, 40,3 millones de personas de 12 años o más (o el 14,5 %) tuvieron un TCS en el último año, incluidos 28,3 millones con trastorno por consumo de alcohol, 18,4 millones con trastorno por consumo de drogas, y 6,5 millones con trastorno por consumo de alcohol y un trastorno por consumo de drogas ilícitas”.

Es común que las personas con TCS tengan otras afecciones de salud mental, como ansiedad, trastornos depresivos, trastorno por déficit de atención/hiperactividad, trastorno de estrés postraumático y esquizofrenia, entre otras. A veces, las personas desarrollan TCS cuando intentan automedicarse para estas afecciones concurrentes. La genética también puede ser un factor de riesgo para los TCS.

Los TCS pueden ocurrirle a cualquier persona, independientemente de edad, sexo, raza, etnia o nivel socioeconómico.

¿Cómo se Tratan las TCS?

Las TCS son afecciones crónicas tratables, pero solo alrededor del 10% de las personas que necesitan tratamiento lo reciben.

El tratamiento más común para los TCS es la terapia conductual, que puede realizarse en privado o en un entorno familiar o grupal. Las personas pueden recibir asesoramiento ambulatorio o rehabilitación hospitalaria en un centro de tiempo completo. Los medicamentos que reducen las ansias y/o atenúan los efectos de las sustancias (haciéndolas menos atractivas), como la naltrexona, la buprenorfina, la metadona, el disulfiram o el acamprosato, también pueden servir para personas con trastornos por consumo de alcohol y/u opioides.

¿Qué Sucede Durante los Experimentos de uso de Sustancias y Adicción en Animales?

Dichos experimentos en animales a menudo implican obligarlos a ingerir sustancias a través de agua mezclada, inyección o inhalación forzada.
Por ejemplo, experimentadores inyectaban metanfetamina a las codornices japonesas, las observaban tener relaciones sexuales y luego las obligaban a someterse a la abstinencia de drogas. Otros inyectaban ketamina and etanol a crías de rata. Incluso puedes ver cómo describieron su “trabajo” con sus propias palabras. (Advertencia: no es bonito.)

Otros animales usados en experimentos TCS son obligados a administrarse drogas a sí mismos. En algunos protocolos de autoadministración, un experimentador realiza una cirugía en un animal para insertar un catéter en la vena yugular. Este catéter se conecta a un tubo a través del cual se infunde cocaína u otras drogas cuando el animal empuja una palanca. Luego, la droga entra directamente en su torrente sanguíneo.

En estudios publicados recientemente sobre monos, experimentadores entrenaban a los animales para que se autoadministraran fentanilo y heroína y bebieran etanol en exceso y se inyectaran cocaína.

Volver ‘Adictos’ a los Animales en Experimentos No Ayuda a Humanos a Luchar Contra las Adicciones

Los humanos con TCS tienen experiencias muy complejas que no se pueden simular usando animales en un entorno de laboratorio. Los componentes clave de la adicción, como los factores sociales y ambientales y el lenguaje, son fundamentalmente imposibles de modelar en animales no humanos. Esto se debe en parte a las condiciones sombrías, extremadamente limitadas e inapropiadas para la especie en las que los experimentadores tienen a los animales en los laboratorios. Según los expertos, “es difícil argumentar que realmente modela la compulsión, cuando la alternativa a la autoadministración es la soledad dentro de una caja de zapatos”.

Y cuando los experimentadores les dan a los animales usados en experimentos de TCS la rara oportunidad de decidir por sí mismos, muchos de ellos eligen el azúcar o la interacción social en lugar de la droga que se estudia. Incluso entre los animales con un uso previo muy intenso de drogas, solo alrededor del 10% continuó administrándose a sí mismo una droga cuando tenían la opción de hacer otra elección gratificante; lo que no suele ser cierto en los humanos que sufren de TCS.

Debido a que los animales son modelos deficientes para los TCS humanos, su uso no ha logrado producir tratamientos para ayudar a los humanos con esta afección. No existe un solo medicamento disponible para tratar los trastornos por uso de estimulantes, a pesar de muchos experimentos en animales destinados a ayudar a desarrollar uno. Las terapias disponibles para el tabaquismo, el consumo de alcohol y opioides se desarrollaron principalmente a partir de observaciones clínicas de humanos en lugar de experimentos en animales.

Se Necesita Investigación y Tratamiento de TCS Relevante para Humanos

Los métodos relevantes para humanos, como los que se detallan a continuación, pueden proporcionar a los investigadores respuestas que nunca obtendrán torturando a otros animales.

Científicos de la Universidad de Connecticut están usando células madre donadas por sujetos humanos alcohólicos y no alcohólicos para estudiar los efectos del alcohol en un receptor específico en el cerebro. Sus resultados no concordaban con algunos de los hallazgos de los experimentos en animales.

Se ha usado un tipo de célula madre humana que se puede recolectar de forma no invasiva de pacientes con TCS y otras afecciones acompañantes para modelar estos transtornos, lo que abre la puerta al descubrimiento de fármacos y nuevos medicamentos de precisión.

Las imágenes del cerebro humano también se han usado para estudiar los circuitos cerebrales de las personas con TCS.

Los fondos actualmente usados para apoyar estudios ineficaces sobre el abuso de sustancias en animales deben usarse para investigaciones sin animales y relevantes para humanos, y para ayudar a programas de prevención de drogas relevantes para humanos, de rehabilitación y de salud mental.

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