Los Animales Mueren Mientras los Experimentadores de la Universidad de Washington Salen a Almorzar

Habiendo ya expuesto el horror que define a las condiciones en que viven y mueren los monos en el Centro Nacional de Investigación de Primates de Washington (Washington National Primate Research Center WaNPRC) en la Universidad de Washington (UW), PETA analizó los registros públicos para exponer un maltrato adicional de los animales en los laboratorios del instituto. Lo que encontramos fue asombroso, tanto en dimensiones como a la frecuencia.

PETA pidió a los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) registros que documentaran las violaciones a las directrices federales de bienestar animal en los laboratorios de la facultad, porque la experimentación en la UW está ampliamente financiada por tus impuestos.

DILE A LA UW QUE NO QUIERES QUE TUS IMPUESTOS FINANCIEN MALTRATO

En la UW, los experimentadores dejaban que los animales pasaran hambre o mueren deshidratados. Les administraban dosis incorrectas de medicamentos y muy poco o nada de analgésicos. Experimentadores no calificados realizaban cirugías en animales vulnerables. A algunos animales les cortaban la cola, sin analgésicos, exponiendo sus médulas espinales. A un mono le amputaron el brazo y algunos animales sobrevivían a un gaseado mal hecho que buscaba asesinarlos, entre una infinidad de otros horrores.

En todas las páginas de los documentos recibidos por PETA, se puede evidenciar la total indiferencia de los experimentadores de la UW hacia seres vivos con sentimientos. Los números hablan por sí solos:

Entre noviembre de 2017 y marzo de 2021, hubo 77 incidentes documentados en los que los animales en la UW padecieron graves lesiones o murieron, a razón de casi dos por mes. El maltrato y la negligencia son generalizados, y han afectado a ratones, ratas, cuervos, cerdos, hurones, ranas, monos y peces, entre otras especies.

Existieron 39 violaciones independientes que involucraron a cientos de ratas y ratones, los cuales fueron asesinados o hubo que aplicarles la eutanasia debido al maltrato o a la falta de cuidados. En septiembre de 2019, 18 ratas jóvenes murieron escaldadas al ser dejadas en un carro con equipo de laboratorio que fue esterilizado con vapor. En un incidente de junio de 2020, les cortaron la cola a cinco ratones sin analgésicos. Uno debió ser sometido a cirugía porque su columna vertebral quedó expuesta como consecuencia de que los experimentadores no respetaron los protocolos aprobados. En octubre de 2020, a 22 ratones les cortaron la cola sin anestesia ni analgésicos, a pesar de que no había un protocolo para este procedimiento. Trece ratones padecieron complicaciones por el procedimiento y a uno hubo que aplicarle la eutanasia.

En enero de 2021, se encontró a un ratón de 10 días de vida muriéndose en una jaula tras ser dejado allí solo sin agua ni comida. Más de 123 animales murieron en 29 incidentes distintos porque los experimentadores de la UW y otros miembros del personal no se dieron cuenta de que no tenían acceso a agua ni comida durante varios días o estaban enfermos y necesitaban atención veterinaria inmediata.

Hubo 16 incidentes relacionados con monos, incluyendo uno en abril de 2019, en el que los experimentadores no se habían asegurado de que un mono hubiera hecho ayuno la noche anterior a la cirugía. Ese mono se ahogó con su vómito y murió. A otro hubo que amputarle el brazo izquierdo después de que escapara de su jaula y fuera atacado por otro mono enjaulado. Otro mono murió estrangulado cuando una cadena de su jaula se enroscó en su cuello. Y una mona se desangró lentamente durante toda la noche después de que un veterinario pinchó su arteria femoral durante una extracción de sangre.

En un incidente en septiembre de 2019, 10 hurones involucrados en un experimento en el que les golpeaban la cabeza recibieron una mayor fuerza del impacto en su cráneo que la que había sido aprobada, matando a uno de ellos.

Los peces no corrieron con mejor suerte. En un incidente en abril de 2019, 274 peces cebra se asfixiaron cuando un empleado negligente usó partículas de carbón equivocadas para los filtros de los tanques. En noviembre de 2017, varios peces cebra fueron sometidos a cirugías realizadas por personal no calificado que carecía de capacitación.

Todos los animales atormentados o asesinados en la UW son o eran seres sintientes, capaces de sentir miedo y dolor. A los experimentadores de la UW podría sorprenderles, pero los animales no son sujetos de pruebas. La negligencia, incompetencia y crueldad generalizadas de la UW encontradas en los documentos de los NIH están muy arraigadas.

Los laboratorios de la UW, incluyendo aquellos del WaNPRC, deberían ser inmediatamente cerrados y los animales sobrevivientes enviados a santuarios respetables.

Por favor, tómate un minuto y actúa para ayudar a poner fin al tormento de los animales en todo el mundo.