Randy Ebright: roquea con PETA Latino al ritmo de la compasión hacia los animales

En el centro palpitante del escenario de rock de México, entre los ritmos de su banda ganadora del premio Grammy, late el corazón compasivo de Randy Ebright. Conocido por sus electrizantes actuaciones como baterista de la icónica banda de rock mexicana Molotov, Randy se unió recientemente a PETA Latino para entregar un poderoso mensaje en el que los ritmos se encuentran con los betabeles.

Randy decidió hacerse vegano durante las secuelas del terremoto que golpeó la Ciudad de México en 2017. En medio del caos y la devastación, se dio cuenta de que la vida es frágil y se sintió obligado a alinear sus acciones con sus valores de empatía y respeto por todos los seres vivos sintientes.

Los animales explotados para la alimentación pueden sentir dolor y miedo, al igual que los perros y gatos que comparten nuestros hogares; sin embargo, son tratados como máquinas insensibles para producir carne, huevo o leche. Los trabajadores cortan parte de los sensibles picos de los pollitos con una cuchilla caliente y castran a toros y cerdos sin analgésicos. Las gallinas y los pavos son encerrados en almacenes oscuros y abarrotados, muchos de ellos tan estrechamente confinados que ni siquiera pueden darse la vuelta o extender un ala. Están atrapados entre sus propios desechos, el olor del amoníaco impregna el aire, los vapores queman los ojos, los pulmones y la piel de las aves.

La ganadería es uno de los principales contribuyentes a la deforestación, la pérdida de hábitat y las emisiones de gases de efecto invernadero, exacerbando la catástrofe climática y la pérdida de biodiversidad. Un estudio de la Universidad de Oxford muestra que las emisiones diarias de gases de efecto invernadero relacionadas con los alimentos de los consumidores de carne, son casi el doble que las de los vegetarianos, y alrededor de 2.5 veces más que las de los veganos.

“No es por accidente de que los, este, mataderos no tienen sus paredes de cristal ¿no?”

Randy Ebright

Cada vegano no solo evita que cientos de animales sufran y mueran de forma agonizante cada año, sino que también ahorra 1100 galones de agua, casi 40 libras de granos y 30 pies cuadrados de tierra forestal cada día. Y el veinte por ciento de los residentes mexicanos, más que en cualquier otro país de América Latina, ¡ya se identifican como vegetarianos o veganos!

¡Es hora de roquear vegano!

Mientras Randy toca su batería compasiva, su mensaje resuena en todas partes. A través de su historia de bondad, nos recuerda que cada latido de un corazón empático y cada elección compasiva marca la diferencia para los animales, para los humanos y para el planeta.

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